Como ha publicado Hispanidad, China está tratando de imponer su ley en el Pacífico, con su obsesión por la conquista de Taiwán, la antigua isla de Formosa, que mantiene su independencia política y militar respecto a Pekín

Este es el conflicto más peligroso que puede afrontar el mundo, donde Estados Unidos jugaría fuera de casa, en el Pacífico, contra dos potencias nucleares: China y Corea del Norte, apoyadas por Rusia, desde el norte.

De hecho, recientemente se supo que la dictadura comunista china está construyendo infraestructuras civiles y militares -puertos, pistas y aeropuertos-, en la costa más cercana al Estrecho de Taiwán.

Porque Pekín reclama la isla como propia y presiona a otras naciones para que así lo reconozcan. 

Y no sólo eso: el gigante chino dispone ya de más de dos millones de efectivos en sus ejércitos. Claro que en un país con más de mil millones de habitantes no parece tener mucho mérito. Pero sí puede generar la preocupación de las potencias occidentales.

De hecho, las inteligencias de EEUU y de Reino Unido han alertado con insistencia de que la vaticinada ocupación de Taiwán por Pekín es una posibilidad cada vez más real.

Por eso, China reaccionó con inusitada beligerancia a la decisión de Japón de desplegar misiles en una isla cercana a Taiwán, algo que Pekín calificó como un intento deliberado de “crear tensión regional y provocar una confrontación militar”.

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, afirmó: “Las fuerzas derechistas en Japón están conduciendo a la región hacia el desastre”. Y añadió que Beijing “está decidido y es capaz de salvaguardar su soberanía territorial nacional”.

Estas bravuconadas chinas se producen después de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, avisase hace escasas semanas de que un hipotético ataque chino contra Taiwán podría provocar una respuesta militar de Tokio, algo que no ha gustado nada en el ministerio de Defensa chino, que ya había advertido a Japón previamente de una “derrota militar aplastante” si Tokio intervenía militarmente a favor de Taiwán. 

Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Francois Wu, declaró que base de misiles japonesa “básicamente ayuda a mantener la seguridad en el Estrecho de Taiwán” y que esto “es positivo para nuestros intereses nacionales”, añadiendo que Tokio “no tiene pretensiones territoriales ni hostilidad hacia Taiwán”.