
Tedros está imparable, si la pasada semana aprobaba su Tratado de Pandemias, ahora emita una nueva directriz sobre la prevención de embarazos en adolescentes en países de ingresos bajos y medios. El marco propuesto promueve una visión de la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR) para jóvenes. Lo cuenta Friday Fax, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su guía que se centra casi exclusivamente en la prevención de embarazos adolescentes mediante el uso creciente y prolongado de anticonceptivos, incluidos los “anticonceptivos inyectables autoadministrados” y el acceso a la educación sexual.
El marco insta a movilizar a “líderes políticos, gubernamentales, religiosos, tradicionales y otros líderes influyentes” para “apoyar el acceso, la adopción y el uso continuo de anticonceptivos”.
La directriz también insta a los responsables políticos a garantizar que las leyes sobre la edad y el consentimiento en relación con las actividades sexuales se diseñen de forma que promuevan el acceso de los adolescentes a la anticoncepción, cuanto antes mejor. Esta medida, advierten, podría implicar la reducción de la edad del consentimiento legal, dando un paso más hacia la normalización de la pederastia.
Además de sus recomendaciones sobre anticonceptivos, la directriz promueve el acceso de los adolescentes a la educación sexual, afirmando que “muchos adolescentes desconocen… [cómo] tener relaciones sexuales de forma segura y placentera”.
El Plan de la OMS, dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, es claro, está en plena campaña para promover el aborto hasta el mismísimo parto. Tedros solicitó que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá. Por si hay alguien que se resista a abortar, por la conciencia y aquello de no matar a tu hijo en el vientre, ahora intenta directamente evitar el embarazo, mejor si nos extinguimos.
Pero la guía no queda ahí, porque se completa con una guía de la "Construcción Social del Género y las Normas de Género", donde se enseña a los niños de 5 a 8 años la diferencia entre sexo biológico y género, y se les anima a "reflexionar sobre cómo se sienten respecto a su sexo biológico y género". La misma sección indica que los niños de 9 a 12 años deben ser capaces de "explicar cómo la identidad de género de una persona puede no coincidir con su sexo biológico" y "reconocer que la masturbación no causa daño físico ni emocional".
Otro objetivo establecido en la guía del CSE es que los niños de 12 a 15 años puedan afirmar que las fantasías y los deseos sexuales “son naturales y no vergonzosos y ocurren a lo largo de la vida”.