La Fiscalía de doña Dolores Delgado, el brazo armado de Pedro Sánchez contra el rey Felipe VI, ha archivado las tres causas que le quedaban abiertas a Juan Carlos I ante los tribunales.

Aseguran las crónicas, incluso de medios tirando a derechosos, que el Rey Juan Carlos I se ha librado de los tribunales -ergo se supone que podrá volver a España, siempre baja vigilancia de Moncloa, no vaya a hacer política- gracias a cuestiones de forma, como la prescripción, su inviolabilidad o las regularizaciones fiscales acordadas, pero semiocultan que la Fiscalía no ha logrado confirmar los indicios de delito que presumía.

En España sólo manda uno: Pedro Sánchez, que ejerce como jefe de Gobierno y como jefe del Estado. Y si pudiera, se libraba hasta de la oposición

Es decir, Moncloa ha ganado la batalla. Evita la cárcel, la condena o la muerte en el exilio al rey emérito, lo que habría despertado la conciencia dormida de los españoles. Pero, eso sí, el honor de Juan Carlos I, el primer rey de la democracia española, ese que trajo el Régimen del 78 (y contra quien, se lo aseguro, tengo tareas pendientes), cuyos perseguidores tanto admiran, ha quedado manchado, lo mismo que el honor de toda la Casa Real y de la milenaria monarquía española.

Porque, habrá que insistir, no se trataba de poner contra las cuerdas al padre sino al hijo: se trataba, en resumen, de que Felipe VI no se atreviera, nunca más, a ejercer como jefe del Estado. La verdad es que nunca se atrevió a hacerlo pero cuando la Operación Borrell se lo pensó. Y eso, claro no puede permitírselo el peligroso tirano de Moncloa.

En España sólo manda uno: Pedro Sánchez, que ejerce como jefe de Gobierno y como jefe del Estado. Y si pudiera, se libraba hasta de la oposición.

El error del PP autocalificado como moderado consiste en pensar que el español es de centro. La explosión Ayuso demuestra lo contrario

En la derecha española cunde la sospecha de que si Sánchez considera que va a perder las próximas elecciones, y mira que el PP se lo está poniendo fácil, intentará el pucherazo electoral.

Y es que el error del PP autocalificado como moderado -lugar donde compite con el moderado estadista Sánchez, que siempre lucirá corbata mejor que el gallego- consiste en pensar que el español es de centro. La explosión Ayuso demuestra lo contrario.

En resumen, con la liquidación del honor Juan Carlos I, personaje eternamente bajo sospecha, encadenado Felipe VI y engañado el PP con la tontuna del centro-reformismo, vuelve el 'moderado' Sánchez, europeísta y progresista de toda la vida. A lo mejor hasta se libra del fardo de Podemos. Lo que diga Tezanos, el personaje que no hace realidad los sueños sino al revés.