El número 3 del PSOE, Santos Cerdán, reconoció ayer en una entrevista que su partido --o sea, el Gobierno, o sea, Pedro Sánchez-- llevaba negociando con Junts, formación política del fugado de la justicia española Carles Puigdemont... ¡desde el mes de marzo!

Esto quiere decir varias cosas. Una, que lo llevaban haciendo incluso antes de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 27 de mayo en las que, por cierto, no le fue muy bien al PSOE. 

Dos: que el PSOE y el Gobierno estaban negociando con Puigdemont antes de las elecciones generales del pasado 23 de julio. Y eso, mientras aseguraban -es decir, MENTÍAN- a los españoles diciéndoles que no iba a haber amnistía a los delincuentes del procés porque eso era inconstitucional..., tal y como puede verse en este vídeo:

Y tres, una mera conjetura: ¿Tan seguros estaban en el PSOE de que iban a sacar unos resultados electorales en las elecciones generales que les permitiesen aplicar lo pactado con Puigdemont? O dicho de otra forma: ¿cómo estaban tan seguros de ello?

A todo esto, si de Junts hablamos, conviene no olvidar lo acaecido entre este partido y el PSOE durante las dos jornadas de la investidura. Porque Sánchez defendió la amnistía a los delincuentes del 'procés' como un perdón que les otorga magnánimamente la democracia española (para poder seguir él gobernando). Pero lo del "perdón" no convenció a la portavoz de Junts, Mirian Nogueras, que obligó a Santos Cerdán a sentarse a aclarar los ocurrido. "Querría darle un consejo: con nosotros no pruebe a tentar la suerte. Su discurso no ha sido valiente", espetó Nogueras a Sánchez. 

Tras el incidente, Sánchez salió cual corderito a tratar de calmar a Junts: “Cuenta usted con el compromiso del PSOE y el mío propio para cumplir con el acuerdo que hemos alcanzado”. Una actitud que contrastó con la prepotencia, arrogancia y desprecio con la que se dirigió a los representantes de la mitad de los votantes españoles, es decir, PP, Vox y UPN.