Fue Covite, es decir, Consuelo Ordóñez, hermana del asesinado Goyo Ordóñez, concejal del Ayuntamiento de San Sebastián, quien denunció que en las listas electorales de EH Bildu había condenados por delitos de terrorismo, nada menos que 44.

De ellos, 7 con delitos de sangre que son los que han dicho que, por respeto a las víctimas, a sus víctimas, no tomarán posesión del cargo. Consuelo Ordóñez les ha calificado de 'cínicos' pero Pedro Sánchez ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para ejercer su propio cinismo: la culpa la tiene el PP.

Tras el debate en el Senado, el pasado martes, Moncloa ha dado por cerrado el asunto. Es muy sencillo: Sánchez se niega a ilegalizar a Bildu, le necesita para mantenerse en el poder. Gracias a Bildu ganó la moción de censura, gracias a Bildu fue elegido presidente, gracias a Bildu se aprobó la reforma laboral y los presupuestos. No es de extrañar que Otegui presuma de que, sin él, sin los proetarras, el Gobierno Sánchez no duraría ni un minuto. Y esto no deja de ser una presunción, porque Otegi sabe que él tampoco duraría mucho sin contar con Sánchez en La Moncloa.

Señor Otegui: usted no tiene que evitar más dolor a sus víctimas, ustedes tienen que pedir perdón a sus víctimas y arrepentirse del mal provocado, no enorgullecerse de él en una lista electoral

Pero no, el asunto no ha terminado porque son las propias víctimas las que no van a permitir que termine: insisten en la ilegalización de Bildu. Y no, el asunto no ha terminado porque no ha concluido la soberbia del homicida. Que los asesinos aseguren que no tomarán posesión del cargo para no causar más dolor a las víctimas suena a lo de Vito Corleone prometiéndole a las víctima que no es nada personal, son negocios.

Terrorista: usted no tiene que evitar más dolor a sus víctimas: usted tiene que pedir perdón a sus víctimas y arrepentirse del mal provocado, no enorgullecerse de él en una lista electoral.

En cualquier caso, la noticia es que Sánchez se niega, no ya a ilegalizar a Bildu, sino a prescindir de Bildu. Sin ellos, no gobernaría.