Alberto Núñez Feijóo ordenó a sus chicos en Cataluña que votaran a favor del socialista y activista gay Jaume Collboni, para arrebatarle la alcaldía de la segunda ciudad española a Xavier Trías, de Junts. Lo único bueno que tiene el envite del PP en Barcelona es que la centrífuga Ada Colau ya no es alcaldesa de la segunda capital española
La alternativa al socio-comunismo no es el fascismo, los progres de derechas, sino el cristianismo.
El caso del ayuntamiento de Barcelona ha resultado enormemente significativo, crucial, para entender la política española. A ultimísima hora, Alberto Núñez Feijóo ordenó a sus chicos en Cataluña que votaran a favor del socialista y activista gay Jaume Collboni, para arrebatarle la alcaldía de la segunda ciudad española a Xavier Trías, de Junts, el candidato más votado, quien, a su vez, pretendía el apoyo de ERC y la abstención del PP.
No sé si somos muy conscientes de lo que esta decisión pepera supone. Es decir, Feijóo ha hecho justamente lo que le exigía -el Sanchismo nunca pide, exige- que no votaran al candidato independentistas, Trías. En efecto, en Junts manda Puigdemont pero colocar a Trías el sambenito de indepe... bueno, he visto indepes muchos más acalorados que él.
Reconozco que Trías era el candidato de Junts y que, ahora mismo, en Junts, para vergüenza de todo el partido, manda el cobardón de Puchi, quien, en lugar de responder con gallardía de sus actos, huyó corriendo a Bruselas y se aprovechó de la convalecencia de ese enfermo crónico que es la Unión Europea. Pero Trías es un moderado, si lo ponemos en comparación con Jaume Collboni, perteneciente a un movimiento, el Sanchismo, que ha pactado con los indepes catalanes, con los indepes vasco, con los proetarras, etc, etc, etc.
No olviden que el PP y Junts, antigua CiU, proceden del mismo tronco: la democracia cristiana europea
En definitiva, Feijóo se enorgullece de que gracias a él, los independentistas no han copado el Ayuntamiento de Barcelona ni el de Vitoria, donde ha ganado Bildu (por cierto, tienen razón los que aseguran que del País Vasco y Navarra se han marchado los españoles, que antes eran mayoría, y se han quedado los abertzales, hoy mayoría allí... pues votan allí).
Barcelona: el voto del PP significa algo muy sencillo: que los populares defienden la unidad de España, lo que está muy bien, pero no defienden ningún otro principio. Vamos, que se han vuelto progres de derechas.
No olviden que el PP y Junts, antigua CiU, proceden del mismo tronco: la democracia cristiana europea, la hacedora de la Unión Europea y la fuerza ideológica que, tras la II Guerra Mundial, ha forjado el Occidente europeo. Y ambos han traicionado esa Democracia cristiana y se nos han vuelto progresistas.
Es como lo que hemos dicho de Vox: que tiene dos almas: el alma cristiana y el alma azul falangista. Espero que en Vox se imponga el alma cristiana que conlleva, por ejemplo, la defensa de la vida más débil y de la familia. El alma azul defiende la unidad de España, lo que está muy bien pero que, desprovista de cualquier otro principio se convierte en algo parecido al fascismo..
Sí, con reparos, pero sí. Veamos: ¿por que la falange española no puede considerarse fascista aunque de ello provenga? Pues porque José Antonio Primo de Rivera era católico. Sencillamente por eso. El fascismo del socialista Mussolini no era más que la deificación de la nación y de la patria.., y la patria es padre pero no es Dios-Padre.
Con el PP está ocurriendo lo mismo, se está fascistizando. Desde luego, mucho más que Vox que mantiene, mal que bien, sus principios cristianos. Feijoó, para distanciarse de Vox, asegura eso tan plúmbeo de "que nadie cuente conmigo para defender la violencia machista" lo primero que hay que decirle es que miente: Vox no defiende, ni niega, la violencia machista, sólo que denuncia la gran exageración, y la gran estupidez de la llamada violencia machista. Y es lo que debería hacer Feijóo.
Vamos que lo único bueno que tiene el envite del PP en Barcelona es que la centrífuga Ada Colau ya no es alcaldesa de la segunda capital española, pero me temo que los barceloneses hayan salido del fuego para caer en las brasas.
La alternativa al socio-comunismo no es el fascismo, los progres de derechas, sino el cristianismo.