La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, inauguraron las jornadas dedicadas al 90 aniversario de la aprobación del voto femenino en España, señalando el hito como una oportunidad para "pensar en común en la memoria, en el presente y en el futuro de las políticas feministas del país", en palabras de Montero.

Tal como recoge 20 minutos, en el discurso de apertura, Batet destacó la "especial intensidad" con la que celebran este aniversario, por la "palanca transformadora" y "paso clave" que supuso el derecho de participación política para la igualdad femenina. "España se convirtió en una democracia plena. Con el sufragio de las mujeres ganamos todos. Hombres y mujeres", recalcó.

Por su parte, Montero también dedicó parte de su intervención a poner en relieve el punto de inflexión que el voto femenino significó para la democracia del país y a recordar la labor de todas las mujeres -en especial el de Clara Campoamor- que, con su lucha, allanaron el camino hacia una sociedad en la que apenas tenían voz.

La misma Campoamor manipulada por Carmen Calvo en más de una ocasión y la misma Campoamor que repudió el Frente Popular de 1936… y que huyó de la España republicana, porque abominaba de los asesinatos de los milicianos socialistas y comunistas. Campoamor fue republicana, masona y miembro del Partido Radical de Lerroux, pero criticó con denuedo los asesinatos del PSOE y del PCE durante la II República . De eso no ha hablado nunca Carmen Calvo. Se ha conformado con presentar a Campoamor como feminista -nada que ver con el feminismo rabioso actual- y para echarle en cara su machismo a la derecha. 

Clara Campoamor, la musa de Carmen Calvo, recuerda que los milicianos (socialistas, comunistas y anarquistas) al margen de toda legalidad, comenzaron a arrestar a la gente, no sólo fascistas y católicos, sino en su bestialidad, al final hasta los miembros del partido radical así como a compañeros de sus propios partidos… poco radicales.

Campoamor califica a los milicianos como “chusma”. La misma Campoamor abandonó Madrid a principios de septiembre de 1936.