Ignacio Higuero, consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura, ha dimitido porque mintió en su currículo. Se inventó un grado en marketing que encima aún no existía. La verdad es que esto de falsear un historial asimilando algún titulo no obtenido, qué quieren que les diga, no me parece tan grave. Los títulos universitarios se han multiplicado y ahora algunos de ellos se reparten en las tapas de yogur.

Por ejemplo, me parece mucho más grave, más corrupto, legislar los delitos de odio, o el aborto y la eutanasia, o la transexualidad, todo aquello que atenta, no ya contra un principio moral sino contra una antropología básica.

También supone un mayor grado de corrupción el sectarismo que lleva a apartar del sistema a quien simplemente discrepa de ti, o corromper el lenguaje para decidir quién puede ser periodista y quién no, siendo estos últimos todos aquellos que me critican. O poner a los jueces a mis ódenes para poder hacer lo que me viene en gana con total impunidad. O utilizar el poder, no para obtener dinero sino para infligir daño a quien no me secunda, o gobernar con el apoyo, en el Parlamento español, de un montón de grupos que odian a España... o ese tipo de corrupción del señor Ignacio Higuero, un hombre de principios tan firmes que para seguir siendo consejero le dio un corte de mangas a su partido y se 'trasfugó' de Vox al PP

Recuerden, a María Guardiola le faltaba un voto, el del diputado de Vox, para ser elegida presidente de la Junta de Extremadura. Pensó que no necesitaría de los votos de Vox y se dedicó a poner al partido de Santiago Abascal como no digan dueñas. Que si eran unos negacionistas de la violencia de género, una cosa gravísima, y otras sutilezas según las cuales muchos extremeños se preguntarían si acaso no estaban escuchando al candidato del PSOE, en lugar de a la candidata del PP. Guardiola siempre ha sido una chica progre de derechas.

Vox-Madrid dijo entonces que ni de coña, que no aceptaba hacer presidente a quien le insultaba e insultaba a sus principios. Al final, Guardiola, que veía peligrar su Presidencia, concedía una consejería a Vox, que, al aparecer ya no era tan machista. Vox se negó: no era una cuestión de sillones sino de convicciones.

Pero, miren por dónde, Higuero, 'motu proprio', decidió que a él si le gustaba el sillón y que se quedaba de consejero, con la señora del PP que insultaba sus principios pero le ofrecía el cargo. Así, la señora Guardiola conseguía la presidencia y 'rompía' con Vox. Ahora dimite por el currículo y el PP se queda con el 100 por 100 del poder.

Santiago Abascal tiene que aclararse con los principios o jamás se aclarará con las personas. Se lo traduzco: o se convierte en un partido cristiano y liberal en economía o no representará una alternativa al bipartidismo socialdemócrata

Señor Abascal: la incoherencia es mucho peor que la corrupción. Ignacio Higuero, el hombre que le sobraba a Vox, dimite... no por mentir en su currículo sino por traicionar sus convicciones.

El tránsfuga de Vox al PP abandona el Gobierno de Extremadura: márchese en buena hora, por incoherente, no por corrupto.

Eso sí, Santiago Abascal tiene que aclararse con los principios o jamás se aclarará con las personas. No digo que sea infiel a sus convicciones, digo que no tiene claras sus convicciones. Se lo traduzco: o Vox se convierte en un partido cristiano y liberal en economía o no representará una alternativa al bipartidismo socialdemócrata.

Liberalismo económico, que no es ni relativismo ni capitalismo. Es defender la propiedad privada y distribuirla lo más posible y, al tiempo, es aplicar el principio de subsidiariedad: lo que puede hacer lo pequeño que no lo haga lo grande, lo que pueda hacer la familia que no lo haga el Estado.

Y, antes de eso, los principios católicos: por ejemplo, ¿cuánto tiempo hace que no oyen ustedes a Abascal hablar del derecho a la vida, del aborto y de la eutanasia, de la explosión de las profanaciones y de los ataques a los católicos que se prodigan en nuestras teles y en nuestras calles?  

Y claro, si Santiago Abascal no se aclara con los principios tampoco se aclarará con las personas.