Jueces y fiscales irán a la huelga en julio y puede ser huelga indefinida. Los ladrones a lo mejor se ponen contentos.

Pero el asunto tiene más calado... aún. Dime de qué presumes y te diré de qué adoleces. El ministro de Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños, que se autotitula hacedor de la reforma judicial más importante de las últimas décadas -¿No serán siglos?-, una reforma histórica -como todas las suyas- se niega a negociar con jueces y fiscales. Entre otras cosas porque sabe lo que piensan la mayoría de los jueces y de los fiscales sobre su reforma y no le gusta pasar malos ratos.

Aunque insisto: de las dos reformas Bolaños, la más peligrosa es la menuda, la del Estatuto fiscal: como sean los fiscales quienes instruyan nos vamos a enterar...

Así que esos jueces y fiscales irán a la huelga en julio. Con la saturación habitual de la justicia española, lenta y, por tanto, no muy justa, lo que necesitamos es esto: una huelga. Es decir, que Bolaños desprecia a los jueces a los que va a regular

son dos normas: la de la carrera judicial y el Estatuto fiscal. El espíritu de la primera podríamos resumirlo así: Los progres son muy vagos, no quieren prepara oposiciones que hay que hincar mucho los codos. Entonces, como el Sanchismo necesita una justicia progre, es decir, injusta, jueces progresistas, lo que hace es nombrarles por la vía de atrás, generalizando y ampliando el cuarto turno a lo bestia, por la vía de los jueces sustitutos.

De este modo podrá nombrar -como aseguran las asociaciones de jueces, todas ellas opuesta al proyecto Bolaños, menos la socialista Jueces para la Democracia- a estómagos agradecidos al PSOE, entre los que no se incluya a ningún ulrraderechista... como pueden ustedes suponer. Y recuerden que, para un buen sanchista, ultra es todo aquel que se opone al Gobierno.

El mejor favor que los políticos pueden hacer a la justicia es utilizarla lo menos posible. Sí, la judicialización de la política es aún peor que la politización de la justicia

PEro insito, Aunque insisto: de las dos reformas Bolaños, la más peligrosa es la menuda, la del Estatuto fiscal: como sean los fiscales quienes instruyan nos vamos a enterar...

Ocurre en toda Europa, asegura Bolaños que aquí dice nada más que la verdad pero no toda la verdad. Hay muchos países donde ¡el fiscal instruye pero en todos ellos bajo la directriz del juez, que es el independiente del Gobierno. Digamos que el fiscal es el que ausculta la norma, el técnico, pero el juez es el que juzga, es el que manda.

Por cierto, el mejor favor que los políticos pueden hacer a la justicia es utilizarla lo menos posible. Sí, la judicialización de la política es aún peor que la politización de la justicia. La política no es un buen atajo hacia la verdad, la justicia humana, tampoco.