La candidata del PP a la presidencia de Extremadura, María Guardiola, pidió ayer a la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, "unos días" para llegar a un acuerdo con Vox.  

Pero Martín ha decidido hoy iniciar ya los trámites para intentar constituir Gobierno regional y ha propuesto para la investidura al candidato del PSOE, Guillermo Fernández Vara. Lo ha justificado en que el socialista ha sido el "único" que ha formalizado y registrado en la Cámara regional "su voluntad para acudir" a dicha investidura.

Martín ha añadido que no hace sino aplicar la ley, "el reglamento y el Estatuto de Extremadura".

El PSOE fue la lista más votada en las pasadas elecciones autonómicas del 28 de mayo: eso sí: por pocos votos. El PSOE sacó 28 escaños, los mismos que el PP. Vox se hizo con 5. Y Podemos con 4. La mayoría absoluta se sitúa en los 33 escaños de un total de 65.

Así las cosas, el debate de investidura tendrá lugar, en concreto, el próximo miércoles 5 de julio a las 17:00 horas y el 6 de julio a las 9:00 horas.

Tras esta convocatoria, y en el caso de que Fernández Vara no obtenga los apoyos necesarios para ser investido, se celebrará en un plazo de 48 horas otro pleno con otro candidato.

Y se supone que a esa segunda sesión se presentará la candidata del PP, María Guardiola, que tras dedicarse a insultar a los votantes de Vox desde el pasado 28 de mayo como machistas, xenófobos, homófobos..., luego dijo que es “imprescindible el respeto, el diálogo y el acuerdo programático” con los de Abascal.

Eso sí: Vox pide entrar en el Gobierno regional con, al menos, un par de consejerías. Y a eso, la popular Guardiola parece que se sigue negando porque ella  solo contempla un acuerdo programático.

Es más: según El Confidencial, Guardiola pactó con su presidente Núñez Feijóo "rebajar la tensión" hasta el 23-J, pero advirtió de que no "incumplirá su palabra". Es decir, que no dejará entrar a Vox en el Gobierno. Lo que llevaría otra vez a elecciones en Extremadura pues para el partido de Abascal entrar en el Gobierno extremeño es una línea roja innegociable.

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