Si tuvieron la paciencia de tragarse el debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo les aconsejo que se recuperen leyendo los titulares -con los titulares basta- de la prensa sanchista y pepera. Al parecer, los plumíferos de ambos bandos vieron dos debates distintos. Menos mal que la política española está polarizada pero la prensa no.

Lo que ayer contemplamos fue a dos cerebros prodigiosos, empeñados, sin mucho éxito en mostrar rectitud de intención. Eso sí, ha dado para mucho humor en las redes sociales. 

¿El debate en sí? No lo ganó Feijóo, lo perdió Sánchez. El presidente es el peor enemigo de sí mismo, porque si algo capta el televidente, no así los periodistas políticos, es el narcisismo del personaje. A Sánchez hay que dejarle hablar porque es un personaje que sorprende positivamente durante los primeros cinco minutos. A partir de ahí hasta la audiencia menos publicada se percata de que el maromo está hablando de sí mismo, con esa falsa humildad propia de quien inventó el "éxito de país", o sea, su éxito personal.

Ayer contemplamos a un 'woke-progre' enamorado de sí mismo, frente a un acólito de la derecha pagana, un Núñez Feijóo acomodaticio, que no ofende, sencillamente porque no sabe hacer otra cosa que no molestar. Acomodaticio a todo, como una gelatina.

Sanchez aplaude la chifladura, Feijóo la acepta porque le conviene aunque asegura que moderará la parte extremista del Sanchismo, que no es Bildu sino Podemos. Feijóo se definió a sí mismo cuando aseguró que no iba a derogar la ley trans una majadería de principio a fin, sino que iba a respeta los derechos de todos pero asesorándose bien. O sea, que era una ley trans buena, no una ley trans mala. Esto es el PP y esto es lo que hay.

Lo triste es que lo mejor que ha hecho el PSOE de Sánchez es lo aportado por los comunistas de Podemos. Por ejemplo, la subida del salario mínimo (que no la subida paralela de las cuotas sociales). Y lo único bueno que está aportando Feijóo a la campaña electoral procede de de los fascistas de Vox: por ejemplo un cierto respeto, sólo eso, me temo, por la familia natural y por el nasciturus.

Pero si quieren analizar el debate con espíritu deportivo... ganó Feijóo por 1-0, gol en propia puerta de Pedro Sánchez.