Decíamos en Hispanidad que suena raro todo lo relacionado con el brote de peste porcina en la islamizada Cataluña.

Además de nosotros, que como todo el mundo sabe somos unos negacionistas y conspiranoides, muchas personas han detectado otras cosas, digamos curiosas, de esta crisis que tiene en vilo a toda España. 

Si dejamos a un lado las rarezas que todo hijo de vecino detecta y nos centramos en los expertos, científicos, por supuesto, hay dos hechos que merece la pena destacar. ¿En primera línea junto a la UME? Los cazadores, siempre denostados por todos aquellos que no consiguieron superar la muerte de la madre de Bambi, ahora tienen que salir a salvarnos. Algo así pasó en el covid con el plástico. Había que acabar con él, era malo y contaminador, y por tanto, malo para el medioambiente y el progresismo. Nos obligaban a beber con pajitas que se autodestruían al paso del líquido, todo para salvar el planeta. Llegó el covid y el plástico fue de nuevo nuestro mejor amigo, porque el bicho resistía vivo en el cartón, llamado a ser el sustituto del pérfido plástico. Pues ahora igual, la caza era para gente sin escrúpulos, cuyo único objetivo es colgar cabezas de trofeos en su salón, nos amigamos un poco con ellos cuando Úrsula vio morir su poni bajo las fauces del lobo, y ahora dependemos de ellos para matar a los bichos contaminados. 

Eduard Melero, miembro de la Agrupación de Sociedades de Cazadores y Pescadores de Catalunya (AGRUPCAT), asegura que han ofrecido una “predisposición absoluta” al Govern para poder realizar “operaciones quirúrgicas”, ofreciendo una lista de más de 100 cazadores dispuestos a ayudar. “Quizá nos toque sacar las castañas del fuego. Pero necesitamos que se nos escuche y que se nos ayude”, admite a El Periódico David Casillas, cazador de la cuadrilla del jabalí de Navàs.

Para el mismo medio habla Dani Pagerols, presidente de la Sociedad de Cazadores Navàs-Gaià, que asegura que el sector ya estaba en una situación “crítica” antes de todo esto: “Cada vez hay menos cazadores y la gente joven no se implica. Tenemos muchas trabas burocráticas y presiones de animalistas”. “Somos los únicos que podemos gestionar la problemática de la fauna cinegética. Hacemos un bien a agricultores y propietarios, pero necesitamos que nos lo pongan más fácil”.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, anunciaron que es necesario “intensificar” la caza del jabalí para frenar la propagación. Ojo, que por menos le montaron una huelga a Rajoy con Excalibur, pero Illa es socialista y, por tanto, feminista y ecologista.

Hecho número dos: paso atrás con el ecologismo. Además de convertir ahora a los cazadores en héroes, nos encontramos con una protesta lógica. Jaume Bernís, responsable de porcino en COAG y representante en Copa-Cogeca, lo resumen para El Debate: "Cuando se habla de regular la fauna salvaje siempre hay presiones externas en contra, pero cuando el problema llega derivado de este exceso corremos en busca de una solución. La fauna salvaje lleva diez años descontrolada por las presiones ecologistas".

Dicho en otras palabras, es precioso eso de comer huevos de gallinas felices, carne de cerdos felices, leche de vacas felices. Es magnífico que el animal sea feliz, pero claro, cuando esa felicidad es sinónimo de libertad y se nos olvida que hablamos de animales, seres que no tienen raciocinio, pues claro, corremos el riesgo de que se 'arme la marimorena' cuando un bicho se contagia. 

Y no es baladí, más allá de memes, la cosa es seria. Las exportaciones caen en picado y esto ha hecho que Grupo Jorge, una de las mayores empresas exportadoras de carne de cerdo, haya anunciado que va a prescindir de 300 trabajadores temporales de Le Cerdo Gourmet, su matadero de Santa Eugènia de Berga (Barcelona).

Comisiones Obreras ha reclamado una reunión con Generalitat y el Gobierno central, llegando una vez más tarde, aunque el sindicato asegura que intervienen para que la decisión de Grupo Jorge no cree una reacción en cadena en el resto de empresas del sector. Según el alcalde de la localidad, Xavier Fernández, el motivo argumentado por la empresa es que "la producción ha caído en picado" y, en consecuencia, "no tienen trabajo para mantener los empleos".

En cualquier caso, ante la crisis porcina, cazadores sí y paso atrás con el ecologismo... no hay mal que por bien no venga.