
Al actual Gobierno socialista junto a sus socios -podemitas, comunistas, terroristas e independentistas- se le complica cada vez más la situación: económica y política. Los casos de corrupción socialista hacen que el castillo de naipes Frankenstein se tambalee. Y ya se sabe, cuanto más pobre, más progre, pan y circo para el pueblo.
Así, el Gobierno de coalición va a 'rebautizar' el nombre del Congreso de los Diputados para adaptarlo al lenguaje inclusivo. Va a cambiar el nombre, pero al más puro estilo progresista: solo fachada y figurada. Para entendernos, el PSOE no tiene ni la mayoría suficiente ni la potestad para hacer ninguna modificación de calado: la fachada del Congreso está protegida, y tampoco pueden tocar las letras de la puerta principal porque la autorización depende de Ayuso, y para atacar la Constitución necesitaría el voto favorable del PP y Vox, que ya han adelantado que no cuenten con su 'sí'.
Por tanto, el gran cambio de nombre se limitará a una mera modificación simbólica en algún documento oficial, es decir, pan y circo, eso sí, por el bien de las mujeres. No se crean, el Gobierno sigue siendo el más progresista y feminista de la historia por lo que el renombre será para que el Congreso de los Diputados pase a llamarse 'Congreso' a secas, puesto que 'de los Diputados' tiene connotaciones sexistas porque no incluye a las mujeres diputadas. Y para esto han hecho falta 22 ministros cobrando 100.000 euros de media, un presidente del Gobierno y otros tantos diputados, diputadas y diputades.
Aunque la RAE ha repetido que, gramaticalmente, el masculino genérico incluye tanto a hombres como a mujeres, la reforma del PSOE y Sumar sale adelante con el apoyo de los socios de investidura (ERC, Junts, PNV, Bildu, Podemos, BNG, CC). Durante el pleno, en las sucesivas intervenciones, han defendido que no es una mera corrección gramatical o política anecdótica, sino un avance fundamental para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.










