El marroquí que mató en la tarde del miércoles 25 al sacristán de la Iglesia de Santa María Auxiliadora (Algeciras) y que hirió a otras cuatro personas al gritó de "Alá" era un inmigrante ilegal que había entrado en España en junio del año pasado y por esa razón tenía una orden de expulsión en vigor. Además, según El Mundo, estaba bajo la lupa de la policía por sus conductas sospechosas.

El terrorista primero hirió en el cuello de gravedad al párroco de la iglesia de San Isidro, quien ya se encuentra estable y fuera de peligro en el hospital tras una intervención quirúrgica. Luego, se dirigió a la iglesia de la Señora de La Palma, en el centro de Algeciras, donde tras causar diversos destrozos mató al sacristán.

Pero no fue expulsado. Y he ahí las consecuencias. Ayer se le pudo ver desde un balcón mientras se dirigía a matar cristianos:

Y he aquí el espeluznante testimonio de una de las fieles que se encontraban en la parroquia de San Isidro:

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha confirmado que este jueves ha tenido lugar una diligencia de entrada y registro de la vivienda ocupada por el detenido, cuyo desarrollo "podrá determinar la naturaleza de los hechos, la naturaleza terrorista o cualquier otra naturaleza que pueda derivar de lo mismo”. Vamos, que para el ministro todavía no está claro que haya sido terrorismo yihadista...

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce (PP), cargaba esta mañana contra Marlaska: "Le pedí más policía".

Un vecino y amigo del sacristán asesinado también culpaba al Gobierno por no haberlo expulsado y a Marlaska por reducir el número de agentes:

También llama la atención la reacción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que habla de un "fallecido", en lugar de un "asesinado", que es el calificativo que utiliza cuando son asesinadas, por ejemplo, mujeres.

El padre Juan Manuel Góngora se lo ha recordado convenientemente:

Claro que, la misma critica que le hacemos a Sánchez se la podemos aplicar a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, que también habla de "fallecido":

Y sin embargo, cuando se trata de violencia machista, el presidente del PP sí que habla de “asesinatos”, al igual que Sánchez lo hace de mujeres “asesinadas”:

Desde el PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha mostrado mucha más valentía que su jefe de partido, como suele ser habitual, llamando a las cosas por su nombre. La pepera madrileña ha mostrado su repulsa y total condena al “asesinato” que ha tenido lugar en Algeciras. 

Otro pepero y presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, también ha referido en Twitter que “han asesinado a un sacristán”, aunque en televisión ha pedido prudencia, no vaya a ser que se desate una ola de racismo antimusulmán. 

Dentro del Gobierno, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la socialista catalana Raquel Sánchez, que se encontraba en Algeciras por otro acto, ha acudido a la concentración de las 12h de la mañana convocada en repulsa del atentado yihadista. Sin embargo, al igual que su jefe, con el que también comparte primer apellido, en Twitter ha optado por ser demasiado políticamente correcta al referirse a “la pérdida de Diego”. 

Por su parte, desde Vox, su líder, Santiago Abascal, ha dado su pésime y ha aludido a la inmigración ilegal, señalando que “unos les abren las puertas, otros los financian y el pueblo los sufre. No podemos tolerar que el islamismo avance en nuestro suelo”. Y en declaraciones a La Gaceta de la Iberosfera, Abascal ha referido que “el islamismo es incompatible con Occidente”

Por otra parte, el policía Samuel Vázquez también ha puesto el dedo en la llaga con este tuit, aunque lo lanzó antes del atentado, pero tiene el mismo sentido crítico con las políticas buenistas de la progresía de izquierda y derecha:

También resulta muy interesante y esclarecedor el hilo del diputado de Vox, Francisco José Contreras, acerca de este terrible atentado:

Por su parte, la Diócesis de Cádiz y Ceuta, aún conmocionada por el triste suceso, "lamenta profundamente la agresión sucedida en Algeciras el 25 de enero en la que ha sido herido el sacerdote salesiano encargado de la Capilla de San Isidro -afortunadamente ya fuera de peligro-, y asesinado el sacristán de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Palma". Desde la Comunidad Salesiana de Algeciras se han centrado en los hechos, porque el salesiano Antonio Rodríguez Lucena, de 74 años, vicario parroquial de la Parroquia María Auxiliadora, resultó herido por el terrorista cuando celebraba la eucaristía de las 19:00 en la capilla de San Isidro, y han pedido por su recuperación, pues se encuentra estable dentro de la gravedad gracias a la rápida actuación de los equipos médicos. Además, se han unido en oración mostrando sus condolencias por el fallecimiento del sacristán Diego Valencia, y han condenado el atentado. 

La Conferencia Episcopal Española trasladaba su cercanía y afecto y el consuelo de la fe a los familiares de las víctimas, a la diócesis de Cádiz y a la sociedad del Campo de Gibraltar". "Expresamos también nuestra más firme condena de toda forma de violencia, que no puede tener lugar en la sociedad en la que vivimos". Desde el Arzobispado de Madrid se ha mostrado consternación por el ataque a dos templos en Algeciras y el asesinato de un sacristán. 

Por su parte, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha alertado del aumento del odio contra los cristianos en el mundo y ha hablado claro: “Nos persiguen porque seguimos a Jesucristo y eso genera odio”.