Si la semana pasa empezábamos el lunes con dos encuentas con las que algo parecía claro: a los españoles no les gustan ni Sánchez ni Feijóo, y el miércoles teníamos un nuevo sondeo que continuba con esta tendencia, en la que el PP mantiene una mayoría ajustada con Vox, el lunes 12 comenzamos nueva semana con otra encuesta que va en la misma línea: absoluta de la derecha pero Sánchez no se resiente por las barbaridades que pretende aprobar de aquí a que acabe el año.

Recordemos los resultados de las últimas elecciones generales celebradas el 10 de noviembre de 2019: el PSOE sacó 120 escaños y el 28% de los votos. El PP, 89 y el 20,8%, Vox, 52 y el 15,1%, Podemos, 35 y el 12,8% y Ciudadanos, 10 y el 6,8%.

Según esta nueva encuesta, elaborada por Hamalgama Métrica para 'Vozpópuli', los de Feijóo ganarían las elecciones con 135 escaños, sumados a los 53 que obtendría Vox, conseguiría 184, una holgada mayoría, puesto que la absoluta se sitúa en 176. Sánchez perdería 22 escaños, quedándose con 96 representantes en el hemiciclo, Unidas Podemos caería a los 22 diputados, por lo que la suma de las fuerzas de izquierdas, contando con los pro etarras, independentistas y demás socios progresistas, se quedaría en 122 escaños. 

En la encuesta aclaran que el trabajo de campo se realizó entre los días 2 y 7 de diciembre, por lo que los encuestados desconocían la intención de Pedro Sánchez de reformar el delito de malversación, pero sí conocían el resto de fechorías del 'El gran dictador'. 

Además, contamos con el Electopanel semanal, elaborado por electomanía, con un resultado similar. El PP ganaría con 133 escaños, con lo que llegarían a los 181 diputados, sumando los 48 que obtendría Vox. Sánchez sacaría 96 representantes y Unidas Podemos se hunde a los 28 asientos, insuficientes para lograr otros cuatro años de Gobierno progresista.  

Don Pedro va de barbaridad en barbaridad, no tiene problemas para dormir apruebe lo que apruebe, algo que debería valer para que el PP ya tuviera una absoluta por sí solo y de manera amplia, pero no lo consigue. Por lo que algo parece claro: para los españoles Sánchez es el problema, pero Feijóo no termina de ser la solución.