En materia laboral, cuando los agentes sociales o el Gobierno no quieren negociar firman ante las cámaras de TV un acuerdo sobre Salud y Seguridad en el trabajo, que es muy apañado y se puede presentar como un asunto importante. Lo es, pero así los acuerdos son, cuando menos, poco efectivos. La seguridad en el trabajo se ejerce, no se pacta.

Todo para poder demostrar que Antonio Garamendi, la CEOE, ha vuelto al redil negociador. Y que el Gobierno Sánchez es dialogante: primero habla con todo el que puede y luego hace lo que le viene en gana. Traducido a la vicepresidente Yolanda Díaz: el diálogo ha salvado a nuestro país

Al fondo de este acuerdo sin especial relevancia, Yolanda Díaz amenaza con elevar a 45 días la indemnización por despido, aunque la propuesta ha sido rechazada en el propio Congreso por el PSOE.
Es decir, se trata de una sindicalista que pretende blindar el empleo... y blindar el empleo siempre significa aumentar el paro. Si subes la indemnización por despido el empresario se lo piensa tres veces antes de contratar, para no hacer realidad aquello de que en España es más fácil divorciarse de tu esposa que despedir a tu empleado. Y más barato. 

Este Gobierno nunca reconocerá -no puede- que el modelo para crear el pleno empleo o, al menos, dejar de ser el país con más paro de toda la OCDE y de toda la Unión Europea, es un trébol con estas tres hojas: despido libre, impuestos bajos y salarios dignos. 

Es el modelo norteamericano (tres veces menos paro que España), en el que no se somete a presión al emprendedor, un señor que contrata trabajadores cuando los necesita y que no despide con mala uva sino cuando los ingresos descienden. Un señor que prefiere darle más dinero al trabajador y menos al Estado y a la Seguridad Social. 

La especialidad del socialismo español siempre ha consistido en la producción de parados. Yolanda Díaz simplemente lo ha elevado a la categoría de bella arte. ¿O quizás no tan bella?