Su festividad se celebraba antes el 11 de marzo y ahora me lo han pasado al 9 de enero, que en este año, encima, coincidía con la importante festividad del Bautismo de Cristo, fin del ciclo navideño. 

Sin embargo, es el español del siglo IX, el hombre que se enfrentó a la Córdoba de los abderramanes, entonces la primera potencia del mundo. Sin armas, claro pero diciéndole muy clarito al cadí de la ciudad lo que pensaba de Mahoma. Defendió a todos los mártires cordobeses e, importante, fue un tipo que no mató a ningún moro pero que prefirió ser mártir a obispo políticamente correcto.

Eulogio de Córdoba fue el gran intelectual español del siglo IX y podía haber vivido una vida tranquilo con tal de quedar en el norte peninsular o convivir con los muy tolerantes musulmanes de la época, que irradiaban tolerancia: bastaba con pagar un impuesto especial, no evangelizar y hablar bien de Mahoma, el profeta de un crédito perfectamente compatible con el cristianismo, como es bien sabido, para que no te quitaran la vida. Y si te obligaban a hacerte musulmán, pues hombre, bastaba con hablar de multiculturalidad. A fin de cuentas, lo importante es ser creyente: tampoco importa mucho en qué Dios se crea, todos valen.

Por todo esto, digo, resulta pertinente traer aquí el retrato de san Eulogio, hoy, en 2022.

Y el que quiera saber más tiene que leer esto

¡Y qué viva San Eulogio matamoros que no mató a ningún moro sino que le mataron a él!