
Puede que Ucrania lleve 18 meses preparando la operación consistente en llevar drones en camiones civiles hasta el interior de Rusia, a veces centenares de kilómetros, y utilizarlos como lanzadera en el interior de Rusia, pero lo cierto es que nadie lo cree posible sin el apoyo informativo, -sí, informativo- de Occidente
Puede que Ucrania lleve 18 meses preparando la operación consistente en llevar drones en camiones civiles hasta el interior de Rusia, a veces centenares de kilómetros, y utilizarlos como lanzadera en el interior de Rusia, pero lo cierto es que nadie lo cree posible sin el apoyo informativo, -sí, informativo- de Occidente. Es verdad que cuando los bombardeos pueden realizarse con pequeños aparatos que se cogen con las manos y cuestan 500 euros, pueden hacerse 'maravillas' pero el problema de estas operaciones es siempre el mismo: quién posee la información satelital para indicarle al camión por dónde debe circular y por dónde no debe.
En resumen, ¿significa esto que Donald Trump, cansado ya de la indolencia de Putin en materia de paz, ha vuelto a ayudar a los ucranianos para que lleven el terror al interior de Rusia? En opinión de más de un experto, sí.
En cualquier caso, las órdenes han cambiado el curso de la guerra, que no las intenciones. Se utilizan, sobre todo, para atacar a la población civil y causar el terror. Ahora son más quienes pueden utilizarlo como arma de guerra, pero eso es un triste consuelo.