El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TDEH) ha condenado al Gobierno suizo por no defender a sus ciudadanos contra los efectos del cambio climático.  

El Tribunal de Estrasburgo emplea fundamentos jurídicos de altura. Por ejemplo: los ancianitos suizos, que  pueden morir ante una ola de calor. 

Oiga, ¿y eso puede evitarlo el Gobierno suizo? Supongamos que a Berna le sale una Teresa Ribera, fervientísima luchadora contra el calentamiento global, defensora a ultranza del planeta amén de látigo fustigador de negacionistas varios: ¿Conseguiría doña Teresa, a quien nadie puede negar sus méritos en favor del planeta, evitar las olas de calor en Suiza cuando una de estas pérfidas jugarretas climáticas (de las que seguro que el culpable es Santiago Abascal) acaben con la vida de algún ancianito de Ginebra o Basilea? ¿Seguro?

Porque ahora ya verán cómo llega algún listo y pide una indemnización al Gobierno suizo porque su abuelita, que gozaba de excelente salud, murió en una asilo de la patria del chocolate ante un inesperado aumento de la temperatura.

El Nuevo Orden Mundial (NOM) nunca propone, siempre impone... normas subjetivas y de imposible cumplimiento. En otras palabras: haga lo que haga, usted siempre será culpable. Por tanto, maleable, a gusto del poder. ¿Comprende?

Coñas aparte, el Nuevo Orden Mundial (NOM) nunca propone, siempre impone... normas subjetivas y de imposible cumplimiento. Y la conclusión última de este despropósito no es baladí, porque significa que, haga lo que haga, usted siempre será culpable. 

Por lo menos, culpable de no haber defendido al planeta, el famoso planeta, con todas las fuerza a su alcance, pedazo de negacionista. Y es lo que tiene la culpabilidad, que produce ciudadanos maleables, siempre esquivando a la justicia: justo el ciudadano que le gusta al poder en general y a los autócratas en particular, justo lo que le gusta y busca el Nuevo Orden Mundial (NOM). ¿Comprende? 

Oiga, ¿y si nos hemos vuelto todos locos?

De cualquier forma, ¿pasaría algo si desapareciera el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo TDHE, del Consejo de Europa? Pues sí: nos evitaríamos pagar algunos sueldos estúpidos.

Y ya puestos, ¿podríamos cerrar también el Consejo de Europa, que nadie sabe para qué sirve? Así, nos ahorraríamos aún más sueldos inútiles.