La presentaron como provida, pero debía tratarse de una pro-vida-animal, porque ahora la nueva presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, me sorprende con el hedor del derecho al aborto, que según ella, no está en peligro en Europa, ¡Pues ojalá lo estuviera! porque, repitámoslo una vez más, no existe el derecho a que una madre asesine a su hijo en su propio seno, acabe con la vida del ser humano más inocente y más indefenso de todos. Eso es sencillamente deplorable.

valor persona

Metsola sigue los pasos de aquella candidata a la Vicepresidencia de EEUU por los demócratas, Geraldine Ferraro, quien aseguraba que "como católica estoy contra el aborto, pero claro, no puedo prohibir a otros que aborten". Un periodista norteamericano le respondió. Eso no me sirve señora, es como si me dijera: como católica, estoy en contra de la esclavitud pero claro, no puedo prohibir a otros que tengan esclavos.

Pues la presidenta del Parlamento europeo, lo mismo: ¿Derecho al aborto? ¡Váyase usted al güano, Señora!    

Que el organismo de la ONU para la salud pida la muerte del niño hasta el mismo momento del parto nos anuncia que Naciones Unidas se ha convertido en una organización siniestra

Mucho peor es lo del director general de la OMS, Tedros Adhanom. Que el organismo de la ONU para la salud pida la muerte del niño hasta el mismo momento del parto nos anuncia que Naciones Unidas se ha convertido en una organización siniestra.

Y ahora, este verdugo de la humanidad insiste en que el aborto salva vidas y se entromete en la política norteamericana, en los tribunales norteamericanos, para asegurar que "las mujeres siempre deberían tener el derecho al elegir sobre su cuerpo y sobre su salud". ¿Y sobre el cuerpo de niño que habita en su vientre? ¿También decide ella? 

El verdugo Adhanom termina diciendo que "el acceso a un aborto seguro salva vidas". Sí, sobre todo la del niño.

Insisto: la era del aborto pasará... y será considerada como una de las más tristes y homicidas de toda la historia de la humanidad.