Lo decía Cristóbal Montoro, en su tiempo de ministro robaperas, o sea, titular de la Hacienda pública, cuando alguien le llamaba amigo': "¿Amigo yo? Yo no tengo amigos. Soy el ministro de Hacienda". 

Gregorio Villalabeitia se está despidiendo de la Presidencia de Kutxabank. Su sucesor, Anton Arriola, ya ha recibido el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE,) así que Villalabeitia se retira en noviembre. 

Durante su participación en el Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) Arriola manifestó que el primer objetivo de la banca en el momento presente debía ser recuperar y/o mantener su reputación. Imposible, maestro. La banca nunca tendrá buena fama. ¿No se da cuenta de que si el ministro de Hacienda te mete la mano en el bolsillo no puede esperar mimitos? Pues a la banca todo el mundo le debe algo... ¿cómo quererla?

El trabajo del banquero consiste en calibrar el riesgo sabiendo que es odiado por el calibrado. Su tarea es muy importante pero no debe esperar por ello la estima ajena. ¡Pero es un banquero!

La reputación bancaria no es negociable... sobre todo para bien.