El primer ministro británico, el indio e hindú, Rishi Sanik se arruga. Tras reconocer que el Reino Unido está en recesión, en la mañana del jueves presentaba ante los Comunes su plan económico: más impuestos y no mucho menos gasto publico, justo lo contrario de lo que hay que hacer. 

Repitamos: Liz Truss no cayó porque redujera impuestos sino porque no reducía el gasto público, lo cual abocaba a un déficit excesivo y a un endeudamiento insufrible. Por cierto, las previsiones eran que, al final del plan Truss, de cuatro años, el endeudamiento británico siguiera siendo inferior al que ya es ahora el español (114% del PIB, al final del Plan Truss), frente al 116% que ya ha alcanzado la deuda española en el momento presente.

En cualquier caso, el primer ministro Sunak forma parte de ese club de políticos cuyo principal objetivo no es cambiar en la dirección adecuada sino intentar no molestar a nadie y mantenerse en el cargo el mayor tiempo posible. Son políticos que olvidan que no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Eso sí, ha subido el salario mínimo y, ojo, las cuotas sociales en Reino Unido son mucho más bajas que en España.