A Alberto Núñez Feijóo

Por segunda vez en la piedra tropieza,
la misma piedra en la que tropezó
la primera; y que no será el último
tropiezo, y la piedra en la que tropieza.

Ese tan arraigado nacionalismo
provinciano, que para sí quisiera;
el nacionalismo al que alaba,
y en el que, una y otra vez tropieza.

Y al mismo tiempo le lleva
a un egocentrismo, que no observa,
que le hace quitar las siglas del partido,
o también verdear una bandera.

En esas condiciones de tibieza,
el voto no puede ir, a lo que no respeta.