En una mirada
puede estar la eternidad.
En un instante,
el corazón enamorarse puede.
En un mirarse,
está el entregarse,
plenamente para siempre.
 
El enamorarse, darse, y entregarse,
si es el ser lo que se entrega totalmente,
lo que se da sin cambios,
reservas, ni otra entrega,
es vivir en un presente esa eternidad,
encontrada en tu mirada en ese instante,
al mirarte, al conocerte.
 
J. R. Pablos, (De “Lágrimas”)