No se trata de que Vox se aproxime al PP sino de que el PP recupere sus perdidas raíces cristianas
El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Ahora bien, si estás afiliado al PP puedes tropezar una tercera y una cuarta, sin el menor pudor. Feijóo ha 'perdido' las elecciones por acercarse al PSOE más soez y manifestar que Vox huele mal.
Así, el votante natural del PP decidió que Vox no podía ser su enemigo y que el PSOE no era su amigo. Por su parte, el votante natural socialista decidió que si el PP le estaba pidiendo su voto... el PP le estaba engañando.
Lo lógico era que el PP se alineara con Vox y, al mismo tiempo, intentara recuperar eso que llaman el voto de centro y que no tengo ni la menor idea de lo que es. Pero no, Feijóo, chico inteligente, busca argumentos para alejarse de Vox. Uno de ellos, expresado por García Margallo, es que Vox no es europeísta y el PP sí. Este artificio de García Margallo recuerda aquellas palabras de Chesterton en vísperas de la Primera Guerra Mundial, donde ya se hablaba de cosmopolitismo y de la necesaria alianza entre ingleses y franceses, tras muchos siglos de guerras y recelos… exactamente lo mismo que ocurre entre PP y Vox. Dice Chesterton: "Es evidente que hay una gran diferencia entre ser internacional y ser cosmopolita. Todas las personas buenas son internacionales. Casi todas las personas malas son cosmopolitas. Para ser internacional hace falta ser nacional... La paz internacional es una paz entre las naciones, no una paz después de haber destruido las naciones, como la paz de los budistas, que se consigue tras el aniquilamiento de la personalidad". Traducido: hay que ser españolista, para entrar en Europa hay que crear primero en España. Que Vox hable de patriotismo español no significa que sea anti europeo, significa que no cree que para entrar en Europa haya que destruir España.
Distingamos: Feijóo ha cometido una gran estupidez al volverse contra Vox. Es más, no figura entre los partidarios de una unión a toda costa de los dos grupos de derechas. Porque Vox no es ultraderecha, es un partido cristiano y no se diferencia del PP en el arco ideológico tradicional. Se diferencia en que el PP ha dejado de ser cristiano y se ha convertido en un partido progre de derechas. Y no se trata de que Vox suavice el dogma porque el dogma suavizado deja de ser dogma. Se trata de que el PP recupere sus raíces cristianas, su humanismo cristiano. Sí, ya sé que la expresión humanismo cristiano no da para mucho pero es que, sinceramente, no se me ocurre otra.
Mientras, por parte de Santiago Abascal, no se trata de ser el comparsa del PP sino de que Vox lidere la regeneración, no de la política española, sino de España.