Charlie Hebdo asegura que el Rey de Marruecos, Mohamed VI, posee una fortuna de 6.000 millones de dólares. Otros multiplican esa cifra por 10, pero lo que es seguro es que este hombre no pasa apuros a fin de mes. Y no es que el terremoto le haya hecho preocuparse por su pueblo. La verdad es que ha acudido, a ver a los heridos en un especio y en un escenario programados, días después de la tragedia y con el aspecto de quien no se arrima mucho al desgraciado, no vaya a pegarle cualquier virus.

España se niega a ayudar a Libia, que ha sufrido muchos más muertos que Marruecos. Tiene sus razones, porque Libia es un estado fallido y está sumido en la semiesclavitud, con un fundamentalismo islámico que controla parte del país y la mitad de las mentes de todo el país. Ahí es difícil hasta ayudar pero deberíamos intentarlo, porque empìeza a hablarse de que los muertos pueden alcanzar los 20.000. 

Luego está Marruecos, con el que España se vuelca. No se preocupen, los marroquíes no nos lo agradecerán. Aún así, hay que ayudarles, pero uno echa de menos en Marruecos lo de siempre: que se ayude a sí mismo, deje de enviarnos emigrantes utilizados como balas humanas y que deje de echarnos la culpa a los demás.

En cualquier caso, ayudar siempre es bueno pero sorprende ver a quien ayuda España y cuánto, porque ante los tiranos hispanoamericanos, que hablan nuestro propio idioma, resulta que España hace mutis por el foro. Y cuando se trata de la tragedia cada vez más dura de la persecución religiosa, no sólo no ayudamos sino que alabamos a los perseguidores.

Charlie Hebdo, esta vez, tiene razón.