El nuevo presidente sirio, Ahmed Husseín al-Charaa, también conocido por su nombre de guerra, Abu Mohamed al-Golani, para los amigos Ahmed-al Sharaa, ha conseguido, en menos de un año, desde que derrocara a Bashar Al-Asad, conseguir el beneplácito tanto de Vladimir Putin como de ¡Donald Trump! El terrorista se ha convertido en estadista.... a pesar de que los musulmanes siguen persiguiendo a los cristianos, algo que no pasaba con el terrible dictador Bashar Al Asad.

Ahora bien, que haya conseguido el apoyo de dos grandes potencias no significa que Israel se fíe de él. De hecho, en la madrugada del viernes ha lanzado un ataque -recuerden que Damasco queda muy cerca de Israel-, contra una aldea donde Israel asgura que se refugiaban yihadistas. 

¿Tiene razón? Muy probablemente. Ahmed-al Sharaa fue una terrorista y Siria se está convirtiendo en base de operaciones de de un buen número de grupos fanáticos islámicos, mientras un idiotizado Occidente le da cancha... como siempre hace el Occidente cristiano cuando los perseguidos son cristianos.