Lo primero, el artículo, que de eso hablo. Lo segundo, confesar mi admiración por el autor, un articulista del ABC. Es el articulista que más me ha llamado la atención durante los últimos años. Su nombre es Álvaro Martínez. En mi opinión, lo mejorcito que he leído en los últimos tiempos. Y mejora cada día.

Por eso me ha llamado la atención su lamentable lamento titulado "Siempre nos quedarán las noticias". Me lo podía esperar de muchos y muy famosos periodistas pero no de usted.

El articulista no se dedica a lanzar noticias sino a analizarlas. Si sólo nos queda la noticia... entonces nos queda muy poquita cosa

Las noticias valen de poco, lo importante es su correcta interpretación de los hechos. Precisamente, a lo que usted se dedica don Álvaro, que no a redactar noticias de qué quién, cómo, cuándo y dónde. Usted se dedica a los porqués y el porqué entra de lleno en eso que los verificadores llaman bulos y que no es otra cosa que aquello que no gusta al Nuevo Orden Mundial (NOM) o si lo prefiere, a lo políticamente correcto, que viene a ser lo mismo.

En resumen, ha tirado usted piedras contra su propio tejado. Lleva años dedicado, en la práctica, a desfacer los bulos y ahora resulta que, con tal de condenar a la prensa independiente de Internet, independiente de los grandes grupos editoriales, se entiende, se despeña por el topico de la 'fake News' por el bulo sobre los bulos.

Es muy difícil estar en lo grande y no defender a lo grande... aún cuando la verdad circule por canales pequeños

Hombre, Don Álvaro, escribe usted para un Vocento, grupo multimedia. Todos somos prisioneros de nuestro estado. Por tanto, como articulista del ABC, no le pedimos que ensalce a esa prensa independiente de internet o de las redes sociales, es decir aquellos que competimos con quien le paga a usted, pero sí cabría esperar, señor Valverde que guardara un pudoroso silencio. De esta forma, sin atacar a quien le paga, podría mantener sus espléndidas criticas a otros poderes, también el político.     

Además, yendo al fondo de la cuestión, sí que existe una perfecta interpretación de los hechos, porque no es que todo sea opinable, es que nada es opinable. Admitir cualquier tipo de opinión sin romperle la crisma a quien lo pronuncia no es más que la lógica consecuencia de que el hombre es muy poca cosa, pero sólo por eso, don Álvaro.

Es el 'fake' del bulo. Lo que no me gusta lo descalificó de entrada como mentira. Pero sólo se trata de aquello que no le agrada al poderoso. 

¿Y la mentira? La mentira tiene las patas cortas, cae por sí misma y su vida media apenas es de unas horas.