China y Estados Unidos vuelven a negociar sobre aranceles y paralizan temporalmente los que se habían impuesto mutuamente. Así, ayer, miércoles 14, la bolsa volvió a remontar y todo son ya parabienes. Y eso que se trata de un acuerdo transitorio que tan sólo suprime temporalmente, mientras se negocia, los aranceles imposibles que Estados Unidos había impuesto a China y los que China había impuesto a Estados Unidos. 

A ver si nos entendemos: a Trump se le puede llamar vulgar, pero no idiota. De tonto no tiene un pelo. Lo que pasa es que sigue el dicho del aquel minero asturiano, que exclamaba: "Estos castellanos qué raros son: los llames hijos de puta y se enfadan". 

Lo cierto es que hemos perdido una posibilidad única, o estamos a punto de perderla, para rehacer esa globalización asimétrica y detener la emergencia de un poder tiránico alrededor de los BRICS, con China e India, con Xi Jinping y Narendra Modi, a la cabeza 

Lo que pretendía la Casa Blanca -según el estilo Trump de quien bien te quiere te hará llorar- era crear una zona de libre comercio entre Europa y América y, ojo, en contra de China, ese gigante tramposo de la globalización: copia lo extranjero antes de comprarlo y llevárselo a China, al tiempo que explota a sus propias gentes, que pueden ganar dinero pero no levantar la voz. El materialismo marxista siempre acaba en capitalismo depredador, y con el método de "un país dos sistemas" (comunismo político y capitalismo económico) los chinos han colonizado Occidente y los indios se disponen a hacerlo. Ambos coinciden, qué casualidad, en una cristofobia agresiva.  

Eso sí, nadie puede entrar en China, no vaya a ser que se cree una auténtica libre competencia global.

Pero Europa, ¡qué curioso!, no ha entendido la maniobra de la Casa Blanca y como si todos los europeos fueran tan lerdos como Ursula von der Leyen, Bruselas ha corrido a unirse contra el tirano chino y contra el Occidente libre. 

Y las bolsas suben. Claro, ¿acaso pensaban que a los mercados de valores les importa el Occidente cristiano y libre en lucha contra el Oriente panteísta y tiránico? No sean ingenuos.

Lo cierto es que hemos perdido una posibilidad única, o estamos a punto de perderla, para rehacer esa globalización asimétrica y detener la emergencia de un poder tiránico alrededor de los BRICS, con China e India, con Xi Jinping y Narendra Modi, a la cabeza. Esperemos que podamos volver a la alianza contra China (sí, he dicho anti-China) entre Europa y América.

También, porque no olviden que hay dos tipos de guerra: la comercial y la militar (y la guerra ideológica, que precede a ambas). La guerra comercial puede ser tremenda pero siempre resultará menos sangrienta que la guerra militar. Trump es pacifico, juega a la guerra comercial. Afortunadamente para el mundo de hoy, el presidente de los Estados Unidos es un hombre de negocios.