Cumbre de la ultraderecha europea. Así se ha bautizado la reunión celebrada en Madrid, convocada por Santiago Abascal, y a la que acudieron los primeros ministros polaco y húngaro, Mateo Morawiecki y Víctor Orban, así como la dirigente del Frente Nacional galo, Marine Le Pen

Sobraba la francesa. Su invitación ha sido un error de Abascal, porque tanto el polaco como Orban coinciden con Vox en sus planteamientos cristianos. No así la derecha pagana francesa que capitanea Le Pen, que nada tiene de tradicionalista ni de cristiana.

Recuerden las dos almas de Vox; la nacionalista y la cristiana. 

Ya se lo ha recordado José María Aznar: "a algunos nos basta con ser españoles, no necesitamos ser nacionalista españoles". Cierto que Abascal podría responderle al expresidente que algunos no necesitamos ser centro-reformistas, nos basta con los valores cristianos. Por cierto, ¿por qué no lo hace?