San Patricio. Irlanda, vuelve
Hoy, 17 de marzo, es San Patricio, patrón de Irlanda. Sabemos poco de él. Poco más de que era inglés de nacimiento, no irlandés y que le ubicamos en el siglo cuarto. Sospechamos que no fue el primer evangelizador de la isla pero, en cualquier caso, es tenido como tal porque los irlandeses tienen muy claro que la fe cristiana creó el patriotismo irlandés, no al revés.
Y así, los ancestros de los irlandeses actuales, al revés que su lamentabilísimo primer ministro actual, Micheál Martin, consideraron que lo que les identificaba -una nación no es más que una identidad común- era la fe en Cristo y alrededor de esa fe hicieron país.
Es más, Irlanda no creció desde la villa romana o desde el burgo alemán. Nació alrededor de cenobios y obispados. Nació alrededor de iglesias y abadías, también como sistema de gobierno y estructura administrativa. Y durante su eterna lucha por la independencia del Reino Unido, anglicano, fue la Iglesia católica la que mantuvo la unidad de unos irlandeses maltratados por los ingleses, hasta unos extremos difícilmente repetibles en Europa.
Pero las cosas ya no son así. Ojalá lo fueran. Hoy hay que rogar a San Patricio que Irlanda vuelva, recupere sus raíces cristianas.
El problema de la actual Irlanda es que ya no puede alzar en armas a un ejército de 10.000 poetas. Lógico, se ha secularizado, es decir, aplatanado.
Irlanda, vuelve.