- Si criticas a la masonería mientes, porque la masonería no existe.
- Si un masón se va de la logia entonces la masonería sí existe pero se trata de un traidor al que nadie debe creer.
- En cualquier caso nos enteramos siempre del pasado de la masonería, nunca del presente.
- Indemostrables de la masonería: los masones alentaron el éxodo rural.
- Apoyaron a Juan III como alternativa a un Juan Carlos I del que desconfiaban por franquista.
- En 2016, y si a los hechos nos atenemos, debemos concluir que la masonería no influye en España sino que controla España.
Algún lector de
Hispanidad me tienta a demostrar mis afirmaciones sobre la influencia actual de la masonería. No puedo claro, porque
no todo lo que es verdad es demostrable.
No sé si mi comunicante será masón pero dice lo que diría un masón: demuéstreme que existo,
demuéstreme que existe la masonería. Si no puede demostrarlo, a callar.
Pero cuando algún masón se va de la lengua, se mueven todos los resortes de poder para silenciarle. Ya sabes, si criticas la masonería eres un mentiroso. La masonería no existe y si te vas de la masonería eres un traidor con lo que
no hay que creerte. Y vuelta a la casilla inicial.
En cualquier caso nos enteramos siempre del pasado de la masonería, nunca del presente.
Indemostrables de la masonería.
Diego Martínez Barrio, 1943. El expresidente de la
II República y gran maestro del
Gran Oriente Español, emitió un documento destinado a ser leído en todas las logias tanto españolas (escondidas claro está) como extranjeras. En ellas enarbola un principio que descubre su inteligencia. Ojo al dato: "Nuestros cañones y bombas son las pasiones humanas. Controlémoslas y encaucémoslas".
Bella y canallesca prosa que define la actuación masónica mejor que
cualquier tratado fundacional de los grandes maestros masones del XVIII y XIX.
Pero claro, el objetivo último era más plebeyo: que todos los altos mandos masones en el Ejército hicieron dos cosas. En primer lugar,
exigir a Franco que se exilara. En segundo lugar, que los capitanes generales no respondieran a las llamadas de auxilio que emitiría el
jefe del Estado desde 1939, a sus colegas militares en las capitanías generales… y si
Martínez Barrio planeaba tal, eso era señal de que en plena postguerra los masones seguían teniendo adeptos y miembros en la cúpula militar.
Era un dicho del Ejército durante la
II República: "¿Quién está por encima del escalafón? El que es masón".
Más indemostrables de la masonería:
los masones alentaron el éxodo rural. En el campo no hay manera de lavarle el cerebro a las masas: pero el hacinamiento es un chollo para la masonería. Además, genera mucho descontento, mucho cabreo.
Los masones apoyaron a
Juan III como alternativa a un
Juan Carlos I del que desconfiaban por franquista. Y Juan III quizás no cortó con las logias con el suficiente empeño.
Pero todo esto lo podemos demostrar sobre el pasado. Del secreto masónico y sus andanzas actuales
nos enteraremos a la vuelta de cincuenta años. Y si nos enteramos antes, pues ya lo saben: demuéstrenlo. Y si es un masón arrepentido: entonces
su testimonio no merece la pena: es un traidor.
Pero sí se puede seguir el "rastro" masónico, conocer a los masones por sus obras. No por sus antecedentes sino por sus hechos. Y
esto me lleva a la conclusión de que la España actual no está influenciada por los masones: está trufada y controlada.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com