- E incluso lo están siendo ahora mismo.
- Algunas, ya viudas, con la cruel memoria.
- Quizás no de forma física pero… ¿y psicológicamente?
- El 50% de la humanidad se apunta a la tragedia.
- Apenas contamos con suficientes torturadores para tan ingente número de torturadas.
Vivencia próxima.
Viuda de ochenta años. La conozco desde hace 40. He sido testigo del miedo cerval que su esposo sufría ante la mandona de su señora. Naturalmente ella impuso su ley en materia económica y de relación social, que son las que marcan la vida de familia.
Su
esposo, ella no tuvo nada que ver, se lo aseguro, nunca dio guerra y se murió de forma fulminante, como quien dice, sin coste para la Seguridad Social. Un tipo alegre al que sólo el cariño que despertaba en sus próximos podía evitar el duro calificativo que mejor se ajustaba a su biografía:
calzonazos total.
Pues bien, su apenada viuda, a partir de los setenta, y tras mamar centenares de telediarios sobre
violencia machista, así como varios pactos de Estado contra la repugnante lacra, ha descubierto que había sido maltratada por su difunto.
No es un caso aislado en España.
De pronto,
millones de mujeres, incluidas miles de viudas, han descubierto que han sido maltratadas durante su vida por el machismo imperante. Hasta ahora no habían caído en la cuenta de su tragedia, ciertamente, pero tras sufrir, perdón, experimentar, el
lavado de cerebro de las llamadas "opiniones comunes", o sea, de los tópicos que eructa la televisión, han descubierto, por consenso, que han sido maltratadas toda la vida, física y psicológicamente.
Como aquel talentoso que escribía en prosa sin saberlo,
el 50% de la humanidad se ha apuntado a la tragedia. Verbigracia: las tales víctimas han descubierto la feroz verdad de la
violencia psicológica que, naturalmente, sólo ejerce el hombre sobre la mujer, nunca al revés. De lo que se deduce que la mujer es idiota y no tiene fuerza mental suficiente para violentar psicológicamente a su compañero. O eso, o que la violencia psicológica, unidireccional, ejercida siempre por el hombre sobre la mujer, nunca al revés, es una coña marinera del
lobby feminista.
Y lo peor es eso: que apenas contamos con suficientes torturadores para tan ingente número de torturadas. Y si cuela, cuela.
O como decía otra mujer, más inteligente: ¡
Caramba, que no somos tan buenas!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com