Naturalmente le llamaron de todo a Mike Pence por aquello de no reunirse con una mujer a solas si no era con la suya delante, empezando por anticuado perdido.

Porque a algunas feministas -las feministas se dividen entre tontas y lobas-, lo que les gusta es refocilarse con cualquiera (y eso no pude hacerse delante de la mujer del tal cualquiera) y luego acusar al varón de haberlas ultrajado.

Ahora bien, el presidente resulta vanidoso pero no soberbio. Las marcas del orgullo son la susceptibilidad y el rencor

Para mí que Mike Pence es un tipo listo y un cristiano coherente. Lo hace bien en el Senado y lo hace bien en las misiones internacionales que se le encomiendan.

Al tiempo, Donald Trump puede ser un vanidoso pero no un soberbio. Pude otorgarse matrícula de honor tras sus dos años como presidente, pero lo cierto es que eso es vanidad, un defecto moderno. La soberbia, el principal defecto. Trump es un vanidoso pero no tiene más soberbia que cualquier otro. En el caso de Hillary ocurría justo lo contrario. Menos mal que venció Trump. Pero el que más me gusta es Pence.