• ¿Es que hay alguien que quiera ser Europeo?
  • ¿Y arriesgar su vida por Europa?
  • El caso Marine Le Pen, en Francia, es, ahora mismo, el más preocupante.
  • Europa debe ser original: debe volver a sus orígenes cristianos, para refundarse.
  • Y defenderse a sí misma, sin esperar mucho de Estados Unidos, que mira hacia el Pacífico.
El euroescepticismo cunde en Alemania, la más favorecida por la unión de los británicos mejor no hablar. Marie Le Pen quiere recuperar el franco y salir de la Unión (Frexit). Esto segundo es mucho más relevante que lo primero. En Italia se asegura que han acudido a Europa por primera vez con su crisis bancaria y sólo han obtenido un no rotundo de Bruselas. Hungría y Polonia, con toda razón recuerdan que la Unión Europa no puede quedarse en un libre mercado sino que para ser un sólo país debe contar con unos principios comunes. Ellos, que sufrieron el comunismo soviético lo saben muy bien. Pero el Occidente ahíto lo ha olvidado. El caso de Marine Le Pen es especialmente importante. Primero, porque puede ganar las elecciones en Francia o al menos ser la derecha más votada. Ojo, el Frente Nacional no es cristiano, es derecha pagana, agnóstico, un pelín fascista, en cuanto ha convertido a Francia en su dios. Y eso es el fascismo: convertir a la nación en dios. Al tiempo, Donald Trump, con toda razón, asegura que ya está bien de que Estados Unidos proteja a Europa: que esta se proteja a sí misma, porque el pacifismo europeo empieza a resultar muy comodón: yo no gasto en armas porque soy pacifista, pero cuando me ataquen ya me defenderá el primo de Zumosol. Es decir, USA. Además, la prioridad de Estados Unidos ahora, tanto con Obama como con Trump, se llama China. Los USA se asoman por una ventana hacia el Pacífico. La derecha, la que mira a Europa, la han cerrado. ¿Quién se siente europeo? ¿Quién está dispuesto a dar su vida por Europa? Nadie. Sin embargo, eso no significa que hay que finiquitar la UE o la OTAN. Lo que hay que recuperar son los principios que crearon Europa. Que son, sí, lo han adivinado, principios cristianos. Europa está obligada a ser original: a volver a sus orígenes. ¿Pero dónde está el líder europeo capaz de imitar a Robert Schuman (en la imagen)? Yo no lo veo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com