- Habitamos en una Europa despistada.
- Juncker no sabe cómo avanzar.
- Mario Draghi no sabe qué hacer para reactivar la economía y salvar el euro.
- Y a Merkel le crecen las tendencias nacionalistas.
- Hemos pasado del brexit al alexit.
Europa anda despistada, lo que significa que sus líderes,
tras el brexit, simplemente no saben qué hacer.
Juncker, un señor que en la edad provecta se le han borrado las pocas ideas que tuvo en su juventud, sencillamente
no tiene plan.
Mario Draghi, el poderoso presidente del Banco Central Europeo (BCE), contempla cómo su euro se debilita porque su política monetaria no ha servido para reactivar la
economía europea.
Hasta
Merkel, la que más manda en la UE, ve
cómo le crecen las tendencias nacionalistas. Ojo, no me refiero a los populismos, ni a los neonazis ni a los anti-migración: hablo de los partidos tradicionales del alemán medio que contempla a Europa como siempre la contempló: seres inferiores que sólo sirven como peones de los alemanes, que son,
según definición chestertoniana, "bárbaros tecnológicamente avanzados".
Y, naturalmente, carece de ideario, de principios, porque
ha renunciado a los principios cristianos.
La Unión Europea nació hace casi 7 años. Pero bien podría desaparecer a los ochenta. No es una broma.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com