Nuevo informe sobre cambio climático de Naciones Unidas, portavoz institucional del NOM (Nuevo Orden Mundial). Que no es suficiente que el género humano, todos los países, el mundo mundial, han de triplicar los esfuerzos para evitar el calentamiento global que nos asola. Aseguran los voceros de la ONU que el informe no es pesimista (menos mal) porque la cosa del calentamiento global aún tiene solución, Lo que no parece tener solución es el calentamiento mental de Naciones Unidas y demás profetas del apocalipsis climático-global

De entrada, la ONU pide reducir las subvenciones a los combustibles fósiles –esto es bueno porque toda subvención es mala– y promocionar, es decir, subvencionar, la eólica y la solar, subvenciones gracias a las cuales, los españoles seguimos teniendo un déficit de tarifa tremendo y pagamos la luz a precio de oro.

Y lo más curioso: el informe en ningún momento habla de la energía nuclear, que es la que no produce gases de efecto invernadero y la más barata.

Por último, todos estos informes sobre el cambio climático siempre llevan adosada la idea de que hay mucha gente en el mundo y de que hay que reducir la población… que siempre es población contaminante y consume mucha energía. Vamos, que el hombre mancha. Una propuesta muy positiva: pide reforestar el planeta. Eso es realmente positivo y genial. ¿A que en este punto realmente crucial nadie le hace caso?

La ONU monopoliza la idea del apocalíptico calentamiento global y monopoliza la obsesión de que en este mundo sobra gente (ellos no sobran)

Por cierto, países como Estados Unidos y Brasil no creen en el cambio climático. ¡Menos mal! Lo que ocurre es que a los opuestos al cambio climático les tienen amordazados. Ahora mismo, sólo tienen voz los profetas del apocalipsis, también conocido como calentamiento global. Más bien, calentamiento mental.

Naturalmente, los científicos que rebajan la gravedad y, sobre todo, interpretan de forma diversa las interpretaciones dominantes no tienen altavoz, no existen. Se presume una unanimidad científica que no es tal. Insisto, no entre la existencia o no existencia del cambio climático, sino en una pregunta mucho más importante. ¿Es bueno o malo, es todo bueno o todo malo, es un fenómeno nuevo o es antiguo? Y, sobre todo, ¿cuáles son las soluciones? ¿Sólo reducir la población, el hombre contaminante y depredador, sólo subvencionar las todavía caras energías renovables?