- No por méritos propios, pero lo estoy.
- Es más, sólo el cristiano puede juzgar, porque juzga en espíritu.
-
Suena extraño, pero no siempre que algo resulta difícil de aceptar la culpa la tiene ese 'algo'.
Te crees en posesión de la verdad. Esta es la acusación más habitual que recibimos los cristianos desde hace 2000 años.
La respuesta no es una vergonzante retirada sino una afirmación sin paliativos: Claro que me creo en posesión de la verdad, sólo que no es por méritos míos.
¿Dogmático? Ya saben, lo de
Chesterton: "
sólo conozco dos tipos de personas. Los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son".
A ver muchacho, el archivo. El amigo
San Pablo (
en la imagen), en su I Carta a los Corintios, capítulo 1, versículo 14. "El hombre no espiritual no percibe las cosas del
espíritu de Dios pues son necedad para él y no puede conocerlas. Por el contrario, el hombre espiritual juzga todo
y a él nadie es capaz de juzgarle".
Es raro porque este San Pablo es el ídolo de los progres, que han tenido que retorcerle, para hacerle decir lo que jamás dijo.
Y
Tomás de Aquino, vuelve a pisar el callo: "
El que está despierto juzga rectamente, tanto de que él está despierto como de que otro duerme, pero el dormido no tiene juicio recto ni de él mismo ni del que está despierto. Por tanto, las cosas no son tal y como son vistas por el dormido sino por el que está despierto".
Y más: "
Por tanto, el hombre espiritual no puede ser juzgado por el no espiritual, como tampoco el despierto por el dormido".
¿
Todo esto es prepotencia? No es pura realidad, pura verdad. La prepotencia, el orgullo, consistiría en creer que esta capacidad de
juicio del hombre espiritual, del cristiano, la antigua virtud del discernimiento,
es mérito suyo.
Así que claro que me siento en posesión de la verdad. Suena extraño, pero no siempre que algo resulta difícil de aceptar la culpa la tiene ese 'algo'.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com