El crédito político de Puigdemont se está acabando
El 'Procés' poco importa porque no tiene solución. Cuando un problema no tiene solución tan sólo aburre. Lo preocupante es que una generación entera de catalanes ha abandonado a Cristo y ya tiene una nueva religión: el independentismo.
Vaciado el pueblo catalán de su ADN católico, caminará o hacia la frustración de una independencia sin sentido (que no logrará) y lo que es más importante: sin un modelo de vida, particularmente sin la esperanza que sólo Dios puede facilitar.
Esto sí es preocupante, porque el problema político catalán resulta tan ridículo y tan aburrido que, en efecto, ni tiene solución ni es problema
A los catalanes de ahora mismo hay que recordarles la frase de Víctor Flankl: “Quien tiene un porqué para vivir acabará encontrando el cómo”. Pero quien no lo tenga…