• Lo de Armenia fue un genocidio cristófobo, aunque al fanático con corbata llamado Erdogan, no le guste.
  • Nada dice que Francisco no sea ortodoxo y si, en ocasiones, sus palabras se prestan a confusión…
  • …es porque pretende salvar lo salvable, pues vivimos la peor era de la historia de la Iglesia: la última campanada.
Nos cuesta entender a este gran Papa (junto a Karekin II en la imagen) que es Francisco porque le ha tocado una de las etapas más peligrosas de la historia, el de la gran tribulación. Nada dice Francisco que no sea ortodoxo y si en ocasiones sus palabras se prestan a confusión es porque pretende salvar lo salvable en lo que puede ser la peor era de la historia de la Iglesia. Estamos en la última campanada. Se ha ido a Armenia, que no fue el primer genocidio de la era moderna. Ese honor se lo lleva La Vendée, con los muy liberales y progresistas muchachos de la revolución francesa. Y, como el armenio, al fondo de ambos genocidios latía la cristofobia: el odio a Cristo, al cristianismo y a los cristianos. Francisco ha visitado Armenia y ha golpeado en dos direcciones: a Erdogan, calificando el gran sacrificio de este pueblo del Cáucaso como lo que es: un espantoso genocidio turco hecho por odio a la fe. Si se enfada Erdogan que lo haga. Y también ha golpeado a la separación entre cristianos, porque la Iglesia armenia debe regresar a Roma: Francisco se ha hospedado en casa del Patriarca de la Iglesia Apostólica armenia, Karekin II. Para que quede claro quién es el adversario y quién el aliado. Y no lo ha hecho con grandes declaraciones, porque el coraje y la valentía, así como la verdad, no necesitan levantar la voz para hacerse notar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com