- Porque lo cierto es que el muy proteccionista nuevo presidente está combatiendo los dos efectos nocivos de la globalización:
- A saber: explotación laboral y la elusión fiscal.
- Lo hace pensado, exclusivamente, en los intereses de EEUU pero…
Dicen que
Donald Trump va a terminar con la globalización, que representa la vuelta al proteccionismo. Primero tuvo la bronca con las multinacionales de Automoción y ahora con las de tecnología.
Quiere que se vuelva a crear empleo en
Estados Unidos, no fuera. Y si no, les freirá a impuestos, especialmente a la hora de repartir el beneficio.
Proteccionistas sí,
y para salvar empleos en EEUU. De acuerdo. Ahora bien, con su política se puede cargar los dos efectos más nocivos de una globalización asimétrica, que ha decretado la
libre circulación de capitales y de mercancía, pero no de personas.
Apple fabrica sus teléfonos en
Taiwán porque explota a los taiwaneses con salarios de miseria. Es decir, que si
Trump le obliga a fabricar en Estados Unidos no explotará a taiwaneses y
tendrá que subir los salarios a los norteamericanos.
En segundo lugar, las tecnológicas norteamericanas se han instalado en Europa con
sede social en Irlanda o Luxemburgo. Es decir, dos remedios de
paraísos fiscales. Pus bien, como Donald quiere que coticen en Estados Unidos, pude acabar con la espuria ventaja competitiva de índole fiscal,
de irlandeses o luxemburgueses.
En definitiva, no sé si
Donald Trump acabará con la globalización (casi seguro que no). Pero está poniendo el dedo en la llaga en las dos cuestiones más injustas de esa globalización: la
explotación laboral y la elusión fiscal.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com