• La huida británica será buena o mala, dependiendo de Bruselas.  
  • Una ola de nacionalismo derriba a Cameron y sacude a los mercados. Bueno, ¿y qué?
Muy buen periodista Luis Ventoso (ABC), que conste, pero se ha dejado llevar por lo políticamente correcto. Enviado especial al Brexit, titula. "Una ola de nacionalismo derriba a Cameron y sacude a los mercados". Bueno, ¿y qué? En primer lugar, los mercados que se fastidien. No olvidemos que nacionalismo y patriotismo nacen de la misma esencia, aunque el término patria me gusta más dado que deriva de padre y no de nación (y conste que no soy el español más patriota del mundo), con buenos en sí mismos. Otra cosa es para qué se utilicen. Mire usted, la globalización, las unidades supranacionales, así como sus enemigos, los nacionalistas y los patriotas, serán buenos si sus objetivos son buenos. Si la globalización es igualdad de oportunidades para todos será buena, si se trata de revivir el imperialismo y el colonialismo, no lo será. Traducido: el proyecto europeo será bueno si los objetivos de esa Unión son buenos. El católico Robert Schuman (en la imagen) creó la UE para "que nos dejemos de matar unos a otros". Ergo su UE era buena. Y consiguió su objetivo. Eso sí, también derivó, no ya hacia un mercado, sino hacia el peor y más especulativo de todos los mercados: el mercado financiero. Y encima, Europa ha dado en espejo de anticristianismo. La UE no respeta el derecho sagrado a la vida, se burla de la familia natural, esa célula de resistencia a la opresión, quiebra la unión entre padres e hijos, apuesta por la ideología de género y el homosexualismo, la educación es alienante, se abomina de la propiedad privada pequeña, no es liberal, sino capitalista, se favorece la especulación financiera, el Estado esclaviza al individuo y se cierran las fronteras a los que huyen de la miseria y, sobre todo, no se ayuda al Tercer Mundo donde hay que hacerlo: en origen. Es una Europa encerrada en sí misma. Esto es la actual Unión Europea y esa es la actual globalización que preconiza el Nuevo Orden Mundial (NOM). Que no es una conspiración sino un malvado consenso universal sobre antivalores y con un único mandamiento: su odio a cristo. Por tanto, lo malo no es que los ingleses se vayan de esta unión deforme y liberticida. Lo malo es por qué se han ido y a qué se acogen como alternativa. Dejemos a los ingleses y refundemos Europa, no como pretende -si es que sabe lo que pretende- el cursi de Pablo Iglesias sino siendo originales, es decir, volviendo a su origen, y el origen de Europa es cristiano. O como decía Juan Pablo II: Europa: sé tú misma, recupera tus raíces cristianas. Ni más ni menos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com