- La petición del fiscal, 6 y 4,5 años de cárcel, me parece totalmente exagerada.
- Eso sí, servirá de carnaza a la plebe.
- Los bancos no quiebran por gastos de representación, por mucha picaresca que conlleven.
- Quiebran por los créditos dolosos y fallidos.
- Pero es más difícil perseguir éstos que aquellos. Y jueces y fiscales van a lo fácil.
La plebe brama. ¡Albricias y pan de Madagascar!, se ha hecho justicia.
El fiscal pide 6 años de cárcel para Miguel Blesa y 4,5 para Rodrigo Rato (
ambos en la imagen) por las tarjetas negras.
¡Pues qué tontuna por parte del fiscal! Las tarjetas negras es práctica bastante habitual y de lo único que se puede acusar a
Blesa y Rato es de no haber puesto orden para evitar abusos.
Lo de la
tarjetas negras es el chocolate del loro, aunque tenga mucho
morbo popular. Para entendernos, se solicitan esas penas de prisión para los dos expresidentes de
Cajamadrid y Bankia por estas cifras: 15,5 millones de euros gastados en tarjetas de representación (la tienen todos los bancos, dicho sea de paso)
en 13 años, para 66 directivos. Pues bien sólo en 11 operaciones dudosas de Bancaja, se perdieron 1.700 millones de euros.
Y la concesión de la línea de crédito para hoteles en el Caribe, de José Luis Olivas, supusieron unas pérdidas de 225 millones de euros. Por esto último, que sí es relevante, fue detenido y está encausado el ex vicepresidente de Bankia y ex número 2 de la Generalitat valenciana.
Lo que ocurre es que
es más fácil seguir los gastos de una tarjeta de representación que el posible dolo en un crédito casualmente fallido. Pero
no se trata de ir a lo fácil, sino de hacer justicia.
Blesa y Rato no han debido ser acusados por esto. Creo que es injusto. Conste que Blesa no cayó bien y Rato ha sido para mí una total decepción. Pero no por las tarjetas 'black' sino por los
créditos fallidos.
Moviola:
los bancos no quiebran -y por tanto no tenemos que pagarlos entre todos- por gastos de representación, por mucha picaresca que conlleven. Quiebran por los
créditos dolosos y fallidos.
Pero claro, es más difícil perseguir éstos que aquellos. Y
jueces y fiscales van a lo fácil. El problema es ese: que lo fácil no tiene por qué ser ni lo más justo ni lo más eficaz. De hecho, suele resultar al revés, justo al revés.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com