- Cada vez son más las fuerzas vivas que critican y ponen en duda la criptomoneda.
- Y es que a ningún poder le interesa el bitcoin.
- Al mismo tiempo, aumenta la demencia alrededor de las monedas virtuales.
A ningún poder le interesa el bitcoin. Ese es, precisamente, uno de sus atractivos, sobre todo para los más jóvenes, proclives a elevar a los altares
cualquier iniciativa que se enfrente al poder establecido. Pero no se engañen, en este caso concreto no conviene pasar por alto las sugerencias de las autoridades.
Efectivamente,
el bitcoin no gusta al poder, por ejemplo, al BCE o al Gobierno de Corea del Sur. Éste último ha anunciado el jueves que estudia seriamente prohibir las criptomonedas. Lógico. Las monedas virtuales no tienen el respaldo de ninguna autoridad competente. Dependen de un algoritmo. Incluso el multimillonario Buffett ha alertado al pueblo: "Las criptomonedas van a acabar mal".
Frente a los temores de las fuerzas vivas, la demencia de los fans. Por ejemplo, vender una casa por 40 bitcoins (550.000 euros al cambio). Ha ocurrido por primera vez en Tarragona y no será la última, con casi total seguridad.
En cualquier caso, es una locura. Piensen que, por ejemplo,
en la Edad Media se ahorcaba a todo aquél que emitía moneda falsa. El asunto es muy serio. Y si se trata de luchar contra la soberanía monetaria, volvamos al trueque.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com