RTVE ha insistido en que durante el reciente viaje del Papa Francisco a Hungría se han puesto en evidencia las diferencias del Vaticano en materia de inmigración y sobre el conflicto ucraniano.

Ni aludir a las reiteradas felicitaciones del Papa a la presidente Katalin Novák y al primer ministro húngaro, Viktor Orban, por las políticas provida y profamilia. 

Y es que la atmósfera dominante en la Unión Europea sigue siendo la de cristiano igual a ultra. Cristiano coherente, se entiende. Y claro, los dos únicos gobiernos cristianos de la Unión Europea, Polonia y Hungría, son los dos únicos gobiernos perseguidos por... Bruselas, capital de la Unión Europea.  

Lo cierto es que Francisco felicitó a Hungría por su rechazo a la ideología de género y volvió a condenar el aborto... las dos mantras de la Bruselas liderada por Ursula Von der Leyen -democristiana de nombre- y que Pedro Sánchez vende como su seña de identidad.