Doñana necesita agua. En eso estamos todos de acuerdo. Hay sequía en toda España y los gobiernos de izquierda y de derecha no han hecho las obras de infraestructuras necesarias- por cierto, muy caras- para ahorrar agua en el Parque y en los campos que le rodean. Sin esas obras, insisto, muy caras, no hay manera de que los agricultores y ganaderos puedan sacar adelante su labor y al tiempo, no hacer daño a los humedales de Doñana. 

El pepero Moreno Bonilla ha decidido que hay que dar aire a los cultivos y entonces se ha armado la gorda. Posiblemente, no era el momento, dada la sequía actual, pero al PSOE eso le importa una bledo y, transido de emoción, Sánchez inició su campaña: Salvemos Doñana, y enseguida fue seguido por Félix Bolaños, un personaje sin respetos humanos a la hora de poner en marcha, sin ningún tipo de rubor, su mecanismo favorito: las trolas de El Bolas. PP y Vox sólo son los que no piensan como él son los depredadores del medio ambiente pero ahí está el amigo Pedro y su "no pasarán". Vamos a salvar Doñana a fuer de otro ejercicio de demagogia de aún más elevadas proporciones. En el país del melodrama nadie renuncia a la puesta en escena y, Sánchez menos que nadie, ¡oh sí!