CCOO y UGT son dos sindicatos de clase y no dudan en lanzarse contra los camioneros autónomos en huelga. En este caso, contra los trabajadores autónomos. Y es que les gustan mucho más los asalariados y los funcionarios.

Llama la atención su silencio y que no hayan convocado manifestaciones masivas contra el alza de la luz o los carburantes, aunque sí lo hicieron cuando la electricidad subió en mucha menor medida que actualmente en tiempos del Gobierno Rajoy, por supuesto. Ahora han anunciado que se concentrarán en las empresas el próximo 23 de marzo, junto a dos organizaciones de autónomos que no son la mayoritaria (papel que sí tiene la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA)): en concreto, la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (AUTAE) -que está vinculada a CCOO-, pero sí a la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) -la cual está ligada a UGT-. ¡Qué casualidad! Además, a estas se sumarán la organización en defensa de los consumidores Facua y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV).

Y ojo, porque la caradura de los sindicatos que dirigen Unai Sordo y Pepe Álvarez no acaba aquí: ambos rechazan rebajar impuestos para contener los precios, pues consideran que “es una trampa”. Y es más, tiran de demagogia, como el Gobierno Sánchez, y Álvarez señala que “hay empresas que se están beneficiando de manera absolutamente indecente”, todo ello bien provisto de una de sus onerosas bufandas o fulares (en una ocasión lucía una de la marca Scalpers que costaba 69,90 euros). ¡Ole! Un argumento que va en la misma línea de la chulísima vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que es partidaria de aprobar un impuesto extraordinario a las eléctricas.