Sr. Director:

Ya se sabe que, de las 50.000 viviendas procedentes de la SAREB, apenas están disponibles un veinte por ciento, y se encuentran, además, necesitadas de reparación. Quizá para compensar la decepción provocada por la falacia de la anterior oferta, el Presidente convirtió el Congreso en un mitin al anunciar otras 43.000 viviendas de bajo alquiler, que serían construidas en los próximos años con ayuda de los fondos europeos.

Más de medio millón de familias están urgentemente necesitadas de ayuda para pagar sus hipotecas, disparadas tras los sucesivos aumentos de los tipos de interés. A lo cual hay que añadir la indignante impunidad de las mafias de okupas que se apropian de las viviendas para, incluso, ofrecerlas a bajo precio a personas sin hogar, con luz y agua pagados por los propietarios legítimos. Esta otra cara de la realidad ni siquiera se ocupa Sánchez de mirarla.