Sr. Director:

El próximo domingo día 18 de mayo, a las 10 de la mañana, en Roma, dará comienzo la Misa de Inicio del Pontificado del Papa León XIV, el cual fue elegido el pasado 8 de mayo, festividad de Nuestra Señora de las Gracias.

La Santa Sede invita a esta solemne celebración, entre otros, a las casas reales y a los presidentes o representantes de los países con quienes la Sede Apostólica mantiene relaciones diplomáticas.

Por supuesto, España está invitada a participar en esta celebración y Sus Majestades los Reyes Felipe y Letizia estarán allí como representantes del pueblo español. También irá, al parecer, María Jesús Montero, vicepresidenta primera del actual Gobierno de España. Quien no acudirá es el presidente del Gobierno, Don Pedro Sánchez, según indican fuentes de dicho Gobierno.

Me parece que el Sr. Presidente tendría que haber hecho un esfuerzo para poder participar en esta celebración tan importante para la vida de la Iglesia y del mundo, pero todo indica que Sánchez tiene asuntos más importantes o urgentes que atender. O simplemente es que no le apetece participar en un acto religioso organizado por la Iglesia Católica.

Dicen algunos que se espera una celebración menos multitudinaria que la Misa exequial del Papa Francisco, pero no podemos fiarnos de ello.

En cualquier caso, tampoco el Presidente acudió al funeral del Papa Francisco.

Los días anteriores al domingo 18, Pedro Sánchez tiene una agenda repleta de actos: visitará Tirana para participar en la Cumbre de la Comunidad Política Europea, que reúne a los líderes de la Unión Europea y de otros países como el Reino Unido que están fuera del bloque. Después participará en Bagdad en la reunión de la Liga Árabe (único dirigente europeo invitado) en la que se abordará la situación del Líbano y el proceso de paz en Gaza.

Y bueno, hubiésemos esperado la presencia del Presidente del Gobierno Español en la Misa del día 18 de mayo en Roma. ¿Acaso no es importante que esté en ella? Yo creo que sí por razones obvias.

En la Misa de Inicio del Pontificado del Papa Francisco el 19 de marzo de 2013 sí estuvieron presentes los entonces Príncipes de Asturias, acompañados de buena parte del Gobierno de entonces: M. Rajoy y su esposa, y los ministros García Margallo, Fernández Díaz y Ruiz Gallardón.

En octubre de 2024, Sánchez y el Papa Francisco se encontraron en Roma, reuniéndose privadamente durante 35 minutos. Luego trascendió que habían hablado acerca de la Ley de Memoria Democrática, de la crisis migratoria y de los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia. ¿Se fortalecieron así los lazos entre el Gobierno Español y la Iglesia Católica? No lo parece.

Desde el Vaticano se insistió en la necesidad de un diálogo fructífero entre la Iglesia y el Gobierno y con la sociedad civil.

Más tarde vimos cómo el Gobierno ya había decidido "resignificar" el Valle de los Caídos sin tener en cuenta lo que pensamos al respecto de los católicos españoles.

Sánchez reiteró su compromiso de llegar a un acuerdo con la Iglesia para la aplicación del informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos. De sobra sabemos que ese informe y el mandado a elaborar por la Conferencia Episcopal Española difieren sustancial y numéricamente. La cifra que más se repite en los contenidos del Defensor del Pueblo es que 440.000 personas habrían sido víctimas de abusos sexuales cometidos en instalaciones de la Iglesia. Otra cifra que se publicó es que 236.000 personas habrían sufrido abusos sexuales en la Iglesia: este número parte de 0'6% de víctimas que se recoge en la encuesta de GAD3 para el informe del Defensor del Pueblo.

La Unidad de Atención a las Víctimas recogió información relevante de 487 víctimas a través de testimonios directos e indirectos. De todas las entrevistas se dedujeron un total de 522 casos de abuso.

La Conferencia Episcopal, por su parte, criticó la extrapolación de los datos de la encuesta que incluye el informe: "No corresponden a la verdad ni representan al conjunto de sacerdotes y religiosos que trabajan lealmente y con la entrega de su vida al servicio del Reino de Dios". El número total de denuncias procedentes de las diócesis españolas asciende a 322. En cuanto a otras instituciones, el número total de denuncias es de 10. Por tanto, los datos que ofreció la Conferencia Episcopal Española son los recogidos por el total de denuncias recibidas de las instituciones de la Iglesia: 961 denuncias.

La Conferencia ha dado reporte de 413 casos registrados en las diócesis; 112 en órdenes y congregaciones religiosas; 13 en la prelatura personal; 370 en Institutos religiosos y seculares; 10 en otros ámbitos. Lo cual supone un total de 806 casos, de los que solamente 205 son casos probados. Me parece que de 440.000 a 205, la diferencia es enorme. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

El Papa Francisco prometió y llevó a cabo, en la medida que pudo, una batalla sin cuartel contra los abusos y celebró una cumbre en Roma con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo en febrero de 2019, precisamente para estudiar a fondo la cuestión de la protección de los menores.

Por último, cabe decir que en las reuniones de los cardenales previas al cónclave que eligió al Papa León XIV se insistió en que la lucha contra los abusos debe continuar; también se habló de la economía de las instituciones de la Iglesia; la misión de la Curia Romana que ayuda y asiste al Papa; la Sinodalidad; el trabajo y la oración por la paz y por el cuidado de la creación, etc.

En tiempos de guerra, violencia y polarización, la Iglesia y el Papa el primero, debe orar y trabajar en favor de la paz mundial, evitar todo tipo de violencia y lograr una mayor unidad y comunión entre todos los miembros de la Iglesia de Cristo. Los católicos debemos orar por el Papa, por el conjunto de la Iglesia, por los gobernantes de las naciones, por el mundo entero, por todas las almas.