Sr. Director: Nadie puede negar la pluralidad de España y de los españoles. Cosa muy distinta es que esta diversidad signifique la ruptura de las normas de convivencia que toda sociedad debe cultivar con mimo, como cimiento de su convivencia por encima de las legítimas diferencias. Como resultado, entre otras cosas, de la dura crisis económica, han aflorado en nuestro país dos visiones contradictorias de lo que significa la convivencia. Por un lado, los que desean consolidar y profundizar el consenso que alumbró la Constitución; por otro, los que propugnan una ruptura que pondría en riesgo el patrimonio de bien común tan duramente amasado en los últimos decenios. Pienso que algunos no deben eludirse de esta responsabilidad, sino personalmente ellos, si al menos sus partidos. Pedro J. Piqueras Ibáñez